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Miles de habitantes de Madrid y empleados del sistema de salud municipal, indignados por las reducciones presupuestarias y los planes de privatizar parcialmente algunos hospitales y servicios, se manifestaron ayer en algunas de las plazas más conocidas de la capital.
Más de 5.000 personas se congregaron en la céntrica Puerta del Sol, de acuerdo con cifras de la Policía, después de marchar de las plazas Neptuno a la Cibeles. Los organizadores calcularon que asistieron unas 25.000 personas, muchas de ellas con batas blancas y uniformes azules. La “marea blanca”, como la llaman sus organizadores, fue la tercera marcha así de grande de este año.
Fátima Branas, vocera de los organizadores, dijo que los planes de privatización son miopes al no considerar los posibles ahorros sin tener que desprenderse de los servicios.
El gobierno madrileño, a cargo de Ignacio González, sostiene que las reducciones son necesarias para garantizar los servicios médicos durante la recesión.
La salud y la educación son administradas por las 17 regiones semiautónomas de España y no por el gobierno central y cada una establece sus planes de gasto. Las regiones representan casi 40% del gasto público. Muchas pasan apuros a medida que se contrae la economía en una doble recesión desatada por una crisis del sector de bienes raíces en 2008.