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Luego del contundente rechazo de la gente en La Bombonera, el sábado último, la dirigencia de Boca aguarda que el entrenador Julio César Falcioni haya acusado el impacto y opte por dejar el camino libre a un sucesor. Los hinchas, que en la semana asimilaron el mensaje de Juan Román Riquelme contra el presidente y el DT, bancaron al ídolo y reaccionaron de la peor manera.
Pero en realidad fueron bastante injustos en la forma que maltrataron a Falcioni, quien en definitiva logró más resultados, que los técnicos que dirigieron a Boca en los últimos cinco años (Carlos Ischia, Alfio Basile, Claudio Borghi).
El ex-DT de Banfield sabe que, además del desprecio popular, tiene el rechazo de buena parte de la comisión directiva, la mirada desconfiada de un sector del plantel y el fantasma siempre latente de Riquelme.
En suma, Falcioni, campeón invicto del Clausura 2011, ganador de la Copa Argentina y finalista de la última Copa Libertadores, dejaría su cargo tras dos años de gestión.
Aunque los simpatizantes xeneizes gritaron por la vuelta de Carlos Bianchi, el exitoso entrenador aún no da pistas sobre una vuelta al ruedo, y los últimos atisbos parecen chocar con los deseos del hincha.
Hoy la dirigencia de Boca ruega que Falcioni allane el camino y decida alejarse, algo que seguramente ocurrirá en las próximas horas. Es que una eventual continuidad el técnico generaría un alto costo político a Angelici para empezar el 2013.
En la dirigencia también hay malestar con Juan Román Riquelme porque consideran que esperó el momento justo para salir a dar conferencias con respuestas casi calcadas por distintos medios, apuntando contra Angelici y erosionando a Falcioni con la ácida crítica a su juego y hasta ninguneándolo.
Que Bianchi haya compartido un agasajo a Rolando Schiavi (en la noche del sábado) con Angelici y Mauricio Macri no asegura nada, pero la vuelta del técnico que condujo a Boca a la etapa más exitosa de su historia, sería el golpe de efecto para torcer la relación con la gente.
Mientras tanto, Ricardo Gareca, el Vasco Arruabarrena y Guillermo Barros Schelotto aparecen como alternativas lejanas. Por ahora, todo es incertidumbre en la ribera.
Los números lo avalan
Julio César Falcioni llegó a Boca el 22 de diciembre de 2010 después de dos años pobres desde lo futbolístico. Tras un primer torneo irregular, consolidó un equipo imbatible en el segundo, que salió campeón invicto. Ya en 2012, su equipo despegó a planos internacionales: llegó a la final de la Libertadores, peleó hasta la última fecha el Inicial y se llevó la Copa Argentina. En los últimos seis meses hubo una clara baja en el rendimiento del equipo y también en el protagonismo, con la Supercopa perdida en el medio. De todas maneras, la cosecha no fue mala: con 33 puntos, Boca clasificó a la Libertadores y se erigió como el segundo mejor equipo de la tabla anual, atrás de Vélez. Los números lo avalan al DT, pero el clamor popular le dio la espalda.
Gareca no le cierra la puerta
“Vamos a ver, esta semana pensaré seriamente si sigo. Quiero desconectarme de todo y pensar. Los dirigentes ya me hicieron una propuesta y las exigencias son cada vez mayores, hay que estar preparado para eso”, manifestó el DT Ricardo Gareca, cuando le consultaron si seguirá en el fortín y sobre los cánticos de los hinchas para que extienda su permanencia en la institución.
El Tigre es codiciado también por Boca por su perfil ganador. “Sería un gran desafío si me llaman de Boca”, confesó el entrenador en la semana. ¿Será posible?