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Cada vez más argentinos mueren de enfermedades vinculadas con sus hábitos y estilos de vida. Según una investigación de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), la principal causa de muerte en la Argentina obedece a enfermedades no transmisibles y a causas externas. Más lejos quedan las muertes por enfermedades transmisibles, que continúan siendo relevantes aunque con menor peso.
“Las enfermedades no transmisibles se producen a partir de factores de riesgo comunes relacionados con el estilo de vida de los pacientes”, explicó Federico Tobar, investigador principal de CIPPEC. Dentro de este grupo, las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte entre varones de 15 a 64 años, mientras que los tumores ocupan el primer lugar en el caso de las mujeres.
Por otro lado, el principal factor de muerte por causas externas entre los 5 y los 44 años está asociado con accidentes y muertes violentas. La Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada por el Ministerio de Salud de la Nación en 2005 y 2009 muestra una leve reducción del consumo del tabaco del 2,6% con respecto a 2005, y un significativo descenso de la exposición al humo del tabaco (11,6 puntos porcentuales). “En las provincias que restringen el consumo del tabaco en bares y restaurantes la exposición al humo es menor”, explicó Tobar. Por ejemplo, en Tucumán y Neuquén la exposición declarada es del 20%; en Córdoba del 35% y en Santa Fe del 40%, mientras que en el resto de las provincias que no tiene legislación la exposición al humo supera el 40%.
La comparación de ambas encuestas también muestra un aumento en los controles de salud en la población. En 2009, más personas se controlaron la presión (2,7%), el colesterol (3,7%), la glucemia (6,4%) y se realizaron exámenes de PAP (8,9%) y mamografía (11,7%).
Sin embargo, la alimentación evidencia resultados menos alentadores: se redujo levemente la ingesta de frutas y verduras y aumentó el uso de sal en las comidas. Además, se observa un incremento significativo de la baja actividad física, que en 2009 alcanzó al 54,9% de los encuestados. “Estas tendencias son coherentes con el aumento de la obesidad y el sobrepeso, el colesterol elevado, la diabetes y la presión arterial”, señaló Tobar.