inicia sesión o regístrate.
Jon-Erik Hexum (26), se puso la Magnum 44 en la sien y disparó ante el estupor de sus compañeros de trabajo. Cayó al piso de espaldas; de su cabeza corría un hilo de sangre que manchó el piso del set de filmación de la serie Cover up. Tras llegar la ambulancia fue trasladado todavía con vida al hospital Medical Center de Beverly Hills, donde, finalmente, seis días después, el 18 de octubre de 1984, falleció.
¿Qué pasó realmente?
Jon-Erik era un actor principiante oriundo de Nueva Jersey que comenzó a hacer carrera en series de poca monta, las que fueron finalmente levantadas por falta de audiencia. El actor, que no se destacó por su talento, era elegido por su belleza apolínea ya que había cultivado el cuidado de su físico y era bien parecido. De estatura media, rubio, de anchos hombros y voz profunda, era el preferido del público femenino adolescente. Sin embargo, si bien se le conocieron tres novias, el entorno íntimo del joven admitió que era más acosado por los hombres que por las mujeres y de hecho, era un habitué de los bares gays de California.
Ese fatídico día estaban rodando el séptimo capítulo de la serie Cover up cuando en uno de los descansos de la grabación, Jon-Erik tomó la Magnum 44 con balas de fogueo, se la puso en la sien y, bromeando, jaló del gatillo.
El actor abusó de la confianza de creer que el arma por ser de fogueo era inofensiva y no respetó las normas de uso que existen al respecto.
El pituto de la Magnum impactó con fuerza en el cráneo de Jon-Erik debido a la poca distancia que había entre el arma y la cabeza y le fracturó el cráneo. Por las heridas, el actor estuvo en coma durante seis días hasta que finalmente falleció.
Imprudencia
Las armas de fogueo se distinguen de las reales porque no usan proyectil metálico, aunque esto no quiere decir que estas municiones no puedan infligir lesiones. La gravedad de las heridas dependerá del caso, pero se puede tomar como ejemplo la distancia, del calibre y el tipo de arma.
A pesar de no tener proyectil, al igual que todas las municiones, habrá energía, elementos desprendidos a través del cañón por la combustión, sonido y aire desplazado a través del mismo por lo que en el momento en el que son cargadas y manipuladas se deben tener las mismas precauciones que en el caso de un arma auténtica. Jon-Erik, como es común en los jóvenes, se creía indestructible, pero no fue así y la broma terminó con su vida.
No fue el primer caso ni el último en el que un actor murió en el set de filmación, sólo que en hechos posteriores como el de Brandon Lee (1993), el arma de fogueo estaba cargada con una bala real. El accidente ocurrió cuando rodaba El Cuervo. Tenía 28 años y un gran potencial artístico.