La novedad se repite día a día, tanto que si encuentran un kilo de cualquier droga ya no es noticia.
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La novedad se repite día a día, tanto que si encuentran un kilo de cualquier droga ya no es noticia.
Es diario el trabajo que realiza el personal perteneciente a la sección 28 de Julio del Escuadrón 20, de Gendarmería Nacional, apostado en la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán.
De repente un grupo de gendarmes patrulla la zona de montes cercana a Aguas Blancas cuando observa por un camino secundario a 20 personas a pie transportando sobre sus espaldas bultos. Huyen y dejan sobre la huella la mercadería. Hay indumentaria, cigarrillos, coca y algún paquete con cocaína; quizás un kilo que no se publica en ningún diario o que ni se nombra en las radios locales ni provinciales.
La otra campana retumba fuerte ante los micrófonos de la prensa oranense.
Desde hace un tiempo el dirigente bagayero Manuel Barrios viene teniendo duros conceptos hacia las autoridades y hasta llegó a expresar la intención del municipio de “terminar” con la actividad que cumplen sus compañeros.
Alega que los trabajadores no deben ser discriminados, ya que la gran mayoría de ellos lo hacen honestamente y en muchos casos debido a que no cuentan con otros medios para llevar el pan a sus mesas.
El líder bagayero estimó que hay que tratar el tema con las autoridades municipales, provinciales y nacionales, en forma conjunta, y evitar que se queden sin sustento unos 3 mil trabajadores.
Los controles
Los vecinos de la ciudad de Orán, varados en la ruta sin poder llegar a destino, apoyan la decisión de Gendarmería de reforzar los controles contra esta actividad que atenta contra los comercios de Orán, como así también contra la integridad de quienes tienen la responsabilidad de cuidar la frontera.
Las autoridades del Escuadrón 20 Orán reconocen que hay reuniones con bagayeros y puntualizan que no se puede liberar el tránsito para el paso de mercadería ilegal como lo piden estos últimos.
Avance de la ilegalidad
“Siempre hay roces con los pasadores y los ánimos se exacerban”, dice un oficial, y continúa: “El tránsito de personas y de mercaderías es cada vez mayor. Tenemos recurrentemente hasta tres colectivos para controlar con 15 efectivos que son agredidos y hostigados por 150 personas que llevan millones en mercadería contrabandeada”.
“Cuando las hacemos bajar de los vehículos lo hacen totalmente descontroladas y violentas; hay mujeres que fingen ataques y se suceden gritos y escenas de histeria”, agregó.
Gendarmería suele atrapar a estos contrabandistas en la ruta 5, que cruza el Chaco salteño, y la usan para evitar la 34, donde hay puestos fijos de la fuerza y de las policías provinciales.
El destino de la mercadería son las ferias de pulgas de todo el país y de “La Salada”, en la provincia de Buenos Aires.