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El derrumbe de un pedazo de pavimento que ocurrió ayer sobre la avenida Jujuy al 500 generó nuevamente una alarma sobre el estado de los canales y cañerías que pasan por debajo de las calles.
En lo que va del año no es el primer hundimiento de pavimento que se registra en las distintas calles de la ciudad. Al que ocurrió en la terminal de la ciudad el 14 de enero, le siguieron una serie de derrumbes, aunque de magnitudes menores.
Entre enero y febrero hubo dos hundimientos en la avenida San Martín. El primero en la intersección con la calle Córdoba, que tenía un tamaño muy pequeño y fue cubierto rápidamente. El segundo ocurrió en intersección de esta avenida con la calle Buenos Aires.
Sobre la avenida Alvear hubo otros dos, y llamaron la atención por el tamaño, sobre todo la grieta ancha y profunda que se abrió en el cruce con la calle Alvarado, a metros del Paseo de los Poetas. También ocurrió uno en la intersección con la avenida Belgrano y la calle Güemes.
Faltan inversiones
Según explicaron los profesionales a los que El Tribuno consultó, las cañerías más antiguas están constituidas por hierro fundido y tienen más de 60 años bajo el suelo de la ciudad, principalmente las que se ubican en pleno centro. También hay cañerías de cemento con asbesto, con alrededor de 20 años de antigedad, ubicadas debajo de la calle (la mayoría) o por de bajo de las veredas. Coincidieron en que hay muchas cañerías que sufren filtraciones, motivo por el que la compañía necesita un plan de inversión a largo plazo que contemple un recambio de caños.
La dificultad radicaría en que durante muchos años no se invirtió y los fondos necesarios para hacerlo implican una erogación muy grande.
“Se realizaron pequeñas reparaciones y pusieron algunas nuevas en tramos muy cortos de solo 100 metros, cuando lo que se necesita es cubrir con nuevas cañerías alrededor de 5.000 metros”, explicó uno de ellos. Con los canales ocurre algo similar. La falta de mantenimiento a la que se encuentran expuestos provoca la corrosión de sus paredes y con esto se pone en peligro la estabilidad de las losas que se erigen por arriba del canal.
Avenida Jujuy al 500
El hundimiento tiene una longitud de poco más de un metro y medio de largo y de ancho, con una profundidad considerable.
La Municipalidad vinculó el hecho al arreglo que Aguas del Norte realizó días atrás cuando detectó una pérdida de agua en la losa adyacente a la que se hundió. Esto podría haber comido la base sobre la que se asienta la parte del pavimento que se hundió. No obstante, desde la compañía proveedora sostuvieron que realizaron un estudio en el lugar del derrumbe y constataron que no hay pérdidas de agua allí, y que el equipo de fuga que envió no reportó ningún caso de competencia de la empresa.