inicia sesión o regístrate.
Luego de más de 48 horas de protesta, fleteros, despachantes de aduana y camioneros levantaron el bloqueo a los principales puertos del país, tras la promesa de funcionarios nacionales de buscar solución a la caída de la actividad producida por el impacto de las restricciones a las importaciones adoptadas a principios de febrero.
El representante de los trabajadores aduaneros Raúl Vázquez confirmó ayer que la medida de fuerza se levantó el viernes por la noche a última hora porque “se pasó a un cuarto intermedio” hasta el viernes 27, y los funcionarios prometieron en ese lapso “ver las posibilidades de modificar algunas cosas” para “mejorar” la actividad portuaria.
“Era una picardía continuar con una medida de fuerza cuando nos recibieron y escucharon, y se pasó a un cuarto intermedio”, justificó Vázquez. La decisión se adoptó luego de la extensa reunión que mantuvieron los gremialistas de los trabajadores portuarios con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y representantes de la Dirección General de Aduanas, enviados por el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray. Vázquez tildó de “tensa” la reunión, aunque aseguró que el trato de Moreno y el resto de los funcionarios fue “amable”.
Al respecto, contó que la medida de fuerza “se levantó luego de una intensa reunión con Moreno y representantes de Echegaray, y quedamos en que nos vamos a volver a encontrar el próximo viernes y que de acá a ese día verán qué cosas se modifican”. Según dijo, los funcionarios se comprometieron a presentar esos cambios para agilizar la actividad portuaria.
Giorgi defendió las trabas a los libros
La ministra de Industria, Débora Giorgi, defendió ayer los mayores controles a las importaciones de libros y afirmó que el sector está preparado para abastecer al mercado local y dar un salto exportador.
“Las medidas de protección de los consumidores, como la reciente limitación a la importación de libros impresos con tintas que contienen niveles de plomo por encima de lo permitido, apunta a asegurar la salubridad de los productos comercializados y, simultáneamente, implica equilibrar las condiciones de competencia con los productos hechos en países donde no se cumplen estas normas”, justificó.
A su vez, Giorgi argumentó: “Una fuerte industria gráfica nacional es la garantía para que los jóvenes autores argentinos puedan publicar sus obras, que son ignoradas por las grandes editoriales multinacionales”. Además, la funcionaria aseguró que si se sustituye importaciones el sector puede crear, aproximadamente, 5.000 nuevos puestos de trabajo.