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Un grupo de piqueteros liderado por Alejandro Quiroz y Ramón Alfaro cortó ayer la ruta nacional 34, en el tramo que une General Mosconi con Tartagal. Los manifestantes habían tomado un camión de transporte de combustible -que en ese momento estaba vacío- y se subieron a la cisterna con bombas tipo molotov amenazando con quemarlo si no tenían respuestas a sus pedidos. Después de cuatro horas, liberaron el paso y el camión.
La protesta fue seguida de cerca por policías y gendarmes, sin que los efectivos hayan intervenido.
El corte de ruta se había iniciado a las 10 y los manifestantes decidieron levantarlo luego de que un jefe policial hiciera un contacto con funcionarios provinciales, quienes prometieron recibirlos en Salta capital.
La Justicia, luego de las denuncias de amenazas formalizadas por el intendente Sergio Leavy y varios funcionarios, les impuso a los piqueteros la prohibición de hacerse presentes en la casa municipal. Ante esa situación optaron por cortar la ruta 34 exigiendo que les adjudiquen obras del Fondo de Reparación Histórica para el norte, otro proyecto en la destilería de Campo Durán y trabajos en los terrenos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
El grupo es el mismo que semanas atrás estuvo involucrado en las amenazas que llevaron al intendente de Tartagal a irse a vivir junto a su familia en el Regimiento 28 de Infantería Juana Azurduy.
El viernes anterior, y como consecuencia de la drástica decisión de Leavy, el Gobierno de la Provincia realizó una cumbre de seguridad en Tartagal, encabezada por el ministro Eduardo Sylvester, miembros de esa cartera, legisladores del departamento San Martín, funcionarios del Poder Judicial e intendentes norteños.
Sorpresivamente, al finalizar esa reunión, Sylvester, junto al jefe de Policía, Marcelo Lami, recibieron a los dirigentes piqueteros -los mismos que ayer cortaron la ruta-, quienes pidieron obras públicas para sus agrupaciones.
La decisión de Sylvester causó malestar entre los intendentes norteños que en forma permanente son blanco de ataques de estos grupos.
“Recibirlos es darle una entidad y una representación que no tienen; ellos se vuelven a Salta pero nosotros y la gente nos quedamos aquí y tenemos que aguantarlos”, expresó en esa reunión uno de los intendentes norteños, quien pidió reserva en su nombre para no generar el malestar de los funcionarios provinciales.
Inacción de policías y gendarmes
El nivel de virulencia de los piqueteros y la inacción de los miembros de las fuerzas de seguridad es un claro síntoma de que los cortes que no se realizaban desde hacía meses volverán a asolar a las poblaciones norteñas. Ayer, los efectivos solo miraban cómo los manifestantes se movían en las barricadas portando bombas caseras en sus manos mientras mantenían en su poder un camión de transporte de combustibles.
Tras las denuncias de Leavy y sus funcionarios sobre las amenazas que recibieron de parte de dirigentes piqueteros, las fuerzas de seguridad se limitaron a prohibir manifestarse en la Municipalidad. Sin embargo, ahora vuelven las protestas en las calles y en las rutas.