¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Un largo discurso, un único objetivo

Miércoles, 27 de junio de 2012 16:58
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Cristina hizo anuncios para los jubilados, destacó la “fortaleza” de la economía argentina, cargó contra dos gobernadores aliados, dijo que la Gendarmería no intervendrá más en conflictos provinciales y le restó importancia al reclamo por ganancias. Todo su discurso, largo y en cadena nacional, como de costumbre, tuvo un denominador común imposible de pasar por alto: el paro nacional con movilización a Plaza de Mayo que harán hoy los camioneros y que amenaza con ser masivo.

La Presidenta intentó reducir a la mínima expresión la protesta de Moyano y ligarla directamente a un escenario desestabilizador. En ese contexto, no fue casual la mención a lo que ocurrió en Paraguay con la destitución de Fernando Lugo. Así, terminó de politizar al máximo una huelga que ya estaba politizada de antemano y a la que muchos gremios no se han adherido.

En su afán por desprestigiar los pedidos de la CGT -que abarcan también a los “gordos” y los independientes- Cristina volvió a negar la inflación, una de las claves fundamentales del pedido de suba al mínimo no imponible. Es que el objetivo presidencial fue colocar a Moyano enfrentado con los sectores que menos tienen -que no pagan el impuesto- y minimizar la realidad del pedido: una actualización del piso de ganancias, producto de los altísimos niveles inflacionarios, y no una eliminación directa del tributo, como ella misma dio a entender.

De ser cierta la argumentación de Cristina, este año no habría actualización del mínimo no imponible, ya que no la hubo en 2009 producto de la “crisis mundial”, a la que comparó con la que se vive actualmente. Si antes no había plata y ahora hay una situación “casi igual” a nivel internacional, como ella misma admitió, el mensaje entre líneas parece claro.

Cristina dijo, además, algunas cosas que llamaron poderosamente la atención. Cuando anunció que la Gendarmería no actuará más en los conflictos provinciales, porque no es su función sino la de los gobernadores, se contradijo a sí misma.

Hace un tiempo, junto a la ministra Nilda Garré -hoy eclipsada por Sergio Berni- señaló que miles de gendarmes irían a Buenos Aires a combatir la inseguridad. Esos efectivos, que en la lógica de la Presidenta deben ser de la Bonaerense, no fueron enviados por ningún juez. ¿Seguirán ahí? Y si no lo hacen, ¿quiénes los reemplazarán?

Quedó claro ayer que la jefa de Estado no quiere pagar los costos políticos de la creciente inseguridad argentina, trasladando esa responsabilidad a los mandatarios provinciales, muchos de ellos aliados fundacionales del kirchnerismo.

De hecho, la jefa de Estado habló sobre el accidente de ayer como si la muerte de los gendarmes no se hubiese dado en un choque, sino en un enfrentamiento con los manifestantes. “Querían un muerto y ahora lo tienen”, señaló. Una curiosa visión de los hechos.

También sorprendió que la Policía Federal vaya a estar ausente en semejante concentración de gente como la que se espera para hoy. Esa decisión puede transformarse en un arma de doble filo en caso de que haya incidentes, ya que no habrá nadie en la calle para disuadirlos y las culpas de esos eventuales desmanes serán el nuevo trofeo de batalla del Gobierno y el moyanismo.

Daniel Scioli volvió a ser humillado públicamente por la mandataria. En dos palabras, lo acusó de no saber gestionar y lo ligó directamente con Moyano.

Otra vez, y ya van muchas, el bonaerense eligió la respuesta de siempre: silencio de radio.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD