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Efectivos de la Brigada de Investigaciones 2 de Orán detuvieron ayer a dos jóvenes adictas a las drogas y vastamente conocidas en el ambiente prostibulario de la ciudad norteña, acusadas de ser quienes -aparentemente y en compañía de otras personas, presumiblemente varones- asesinaron al panadero jubilado, José María “Pepe” Ruiz, de 67 años, luego de propinarle una feroz golpiza y someterlo a una inexplicable y terrorífica sesión de torturas.
Ruiz, quien vivía solo, estaba separado de su mujer desde hacía varios años, fue hallado el miércoles pasado, a las 21.45, atado de pies y manos a una silla, frente al aparato de televisión, que acostumbraba ver diariamente con la puerta abierta.
Su rostro, casi desfigurado, estaba sembrado de cortes, presumiblemente aplicados con una tijera y un cuchillo, lo mismo que su cuerpo. Sin embargo, la causa de su deceso fue una perforación cardíaca de lado a lado, propinada con un facón de grandes dimensiones de hoja.
Los investigadores, tras el macabro hallazgo, se abocaron a la búsqueda de pistas que condujeran a los autores del hecho, quienes dejaron la vivienda de la víctima, situada en calle 9 de Julio al 400, a una cuadra de la Catedral y de la plaza General Pizarro, el principal paseo público de la ciudad norteña, cerrada con llave, que se llevaron.
Por informaciones proporcionadas por vecinos, los detectives lograron determinar que Pepe Ruiz, un hombre perteneciente a una conocida familia de la localidad, tenía la costumbre de reunirse, con relativa frecuencia, con dos jóvenes de costumbres poco ortodoxas, presumiblemente adictas a las drogas y con antecedentes por ejercicio de la prostitución callejera.
Los detectives establecieron que estas personas y unos dos o tres sujetos, habían sido vistos charlando con el occiso, unas 48 horas antes de hallarse su cadáver mutilado.
Ayer, durante la mañana, las sospechosas fueron aprehendidas. Se trata de Belén Jésica Reymut, de 19 años, domiciliada en el asentamiento 17 de Octubre, situado en el margen oeste de la localidad, y Paola Benítez (21), quien reside en otro conglomerado habitacional precario: el barrio San Ramón, ubicado en la zona noroeste. En las zapatillas de Benítez, los efectivos hallaron numerosas manchas de sangre, hecho por el cual le fueron secuestradas y despachadas a la división Criminalística de la fuerza para la realización de los estudios comparativos con los restos hemáticos encontrados esparcidos en diferentes habitaciones del domicilio de Ruiz.
De la misma manera, una revisación médica realizada a ambas detenidas, arrojó resultados sorprendentes: ambas presentaban señas de haber sido golpeadas, aprisionadas por un tercero, se cree que en el fragor de una lucha, y una de ellas, la más joven, registraba una herida en la región torácica.
El caso se halla en manos de la jueza de Instrucción Formal 2, Norma Vera, quien tomará declaración indagatoria a ambas sospechosas en el curso de la mañana de hoy.
En tanto, la Brigada de Investigaciones prosigue sus tareas para dar con los varones sospechosos.