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La estrategia de los directivos de la empresa TBA sufrió ayer un nuevo revés. La Cámara Federal no hizo lugar a un recurso por el cual directivos de TBA, imputados por el accidente de Once que costó 51 víctimas, pretendían se profundizara un estudio para determinar si el maquinista de la formación estaba alcoholizado.
Se trata de la estrategia seguida por la mayoría de los empresarios de TBA y exfuncionarios imputados en la causa, quienes aducen que el accidente ocurrió por un error humano del motorman Marcos Antonio Córdoba, o bien que este sufrió un problema de salud o estaba bajo los efectos del alcohol.
Los imputados Daniel Lodola, Luis Ninoná, Pedro Reinieri, Daniel Rubio, Sergio Tempone, Antonio Cirigliano y Roque Cirigliano, pidieron a la Cámara Federal que se le practique un estudio de alcoholemia al maquinista y que la declaración de quienes lo practicaron fuese analizada por el Cuerpo Médico Forense. Dicha solicitud había sido rechazada en primera instancia por el juez federal Claudio Bonadío. “Cabe recordar que en reiteradas oportunidades esta alzada ha sostenido que la pertinencia de una medida de prueba y su calificación como necesaria a los fines de la investigación es discrecional del juez y, por regla, irrecurrible”, sostuvo la Cámara. Los camaristas señalaron que los argumentos para pedir las pericias son insuficientes.
La semana pasada, el juez Bonadío ordenó una nueva pericia para determinar si Córdoba padeció un ataque de epilepsia durante el hecho. Los estudios médicos que se le practicarían al maquinista servirían para evaluar si pudo haber sufrido un ataque de epilepsia. Según Córdoba el accidente se debió a desperfectos técnicos: aseguró que no le funcionaron los frenos, y que estuvo conciente durante la conducción.