La tasa de trabajadores contratados en forma ilegal se ubicó en junio en 34,5%, idéntica a la que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos detectó un año atrás. Si se compara con el primer trimestre del 2012, la situación empeoró. Con este resultado, 4,4 millones de asalariados carecen de beneficios sociales y aportes previsionales. Uno de cada tres trabajadores no estaba registrado al cierre del segundo trimestre del año, situación que se mantuvo estable respecto al mismo período de 2011.
Este resultado lleva a deducir que hay una forma de trabajo en Argentina aún de manera irregular, sobre una población económicamente activa (PEA) de 18 millones de personas, con un nivel de desempleo de 7,2 por ciento y con un nivel de asalariados del 76,7 por ciento del total. El estancamiento en mejora en la calidad del empleo se produjo en un período en el que la economía expresa un crecimiento interanual del orden del 5,3 por ciento. Este grupo de trabajadores carece de beneficios sociales y de descuentos para futuras jubilaciones. De acuerdo con la información oficial, la peor situación laboral se observa en el norte del país.
En el noroeste el 40,9 por ciento de los empleos son irregulares, mientras que en el noreste es del 40,1 por ciento. En tanto, en la región de Cuyo el 35,7 por ciento de los trabajadores no se encuentra inscripto de manera regular, mientras que en el Gran Buenos Aires se ubica en 34,6 por ciento. A su vez, en la región pampeana la informalidad afecta al 32,7 por ciento de los empleos, mientras que en la Patagonia desciende al 19,3 por ciento. En las ciudades más pobladas el trabajo informal es 34,6 por ciento.
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La tasa de trabajadores contratados en forma ilegal se ubicó en junio en 34,5%, idéntica a la que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos detectó un año atrás. Si se compara con el primer trimestre del 2012, la situación empeoró. Con este resultado, 4,4 millones de asalariados carecen de beneficios sociales y aportes previsionales. Uno de cada tres trabajadores no estaba registrado al cierre del segundo trimestre del año, situación que se mantuvo estable respecto al mismo período de 2011.
Este resultado lleva a deducir que hay una forma de trabajo en Argentina aún de manera irregular, sobre una población económicamente activa (PEA) de 18 millones de personas, con un nivel de desempleo de 7,2 por ciento y con un nivel de asalariados del 76,7 por ciento del total. El estancamiento en mejora en la calidad del empleo se produjo en un período en el que la economía expresa un crecimiento interanual del orden del 5,3 por ciento. Este grupo de trabajadores carece de beneficios sociales y de descuentos para futuras jubilaciones. De acuerdo con la información oficial, la peor situación laboral se observa en el norte del país.
En el noroeste el 40,9 por ciento de los empleos son irregulares, mientras que en el noreste es del 40,1 por ciento. En tanto, en la región de Cuyo el 35,7 por ciento de los trabajadores no se encuentra inscripto de manera regular, mientras que en el Gran Buenos Aires se ubica en 34,6 por ciento. A su vez, en la región pampeana la informalidad afecta al 32,7 por ciento de los empleos, mientras que en la Patagonia desciende al 19,3 por ciento. En las ciudades más pobladas el trabajo informal es 34,6 por ciento.