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El reclamo fue para los sacerdotes de Buenos Aires, sin embargo, es sabido que en todo país hay sacerdotes que se niegan a bautizar a los niños de madres solteras o nacidos fuera del sacramento del matrimonio. El arzobispo Jorge Bergoglio exigió ayer a los miembros de la Iglesia bonaerense que bautice a todos los bebés.
El religioso dijo que los clérigos que se niegan a hacerlo son “hipócritas” y alejan a la gente de la Iglesia, al recordarles que “no son socios de una ONG ni prosélitos de una multinacional”.
“Con dolor lo digo, y si parece una denuncia o una ofensa, perdónenme, pero en nuestra región eclesiástica hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio”, aseveró en medio de aplausos.
“Estos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación. Y esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia en parroquia para que se lo bauticen”, cuestionó.
También criticó “la mundanidad espiritual, esa de hacer lo que queda bien, de ser como los demás, de esa burguesía del espíritu, de los horarios, de pasarla bien, del status”
Por último, el cardenal Bergoglio pidió a Dios que “nos conceda esta gracia de la cercanía, que nos salva de toda actitud empresarial, mundana, proselitista, clericalista, y nos aproxima al camino de Dios: caminar con el santo pueblo fiel de Dios”.
Bergoglio hizo este reclamo en el marco de un encuentro que concluyó el domingo en la Universidad Católica Argentina, en Puerto Madero, donde unos 400 delegados renovaron estrategias para llevar el mensaje cristianos a los grandes conglomerados urbanos.
La crítica de Bergoglio tiene su fundamento en una realidad habitual, aunque poco denunciada. La Iglesia también pone reparos mayores a impartir ese sacramento a los bebés de matrimonios del mismo sexo, marco legal que tuvo una oposición fuerte de la jerarquía eclesiástica tanto católica como evangélica previo a su sanción.
El caso “Flor de la V”
En agosto se conoció el derrotero que tuvieron que realizar la actriz Florencia de la V, quien cambió su identidad sexual, y su esposo Pablo Goycochea, para poder bautizar a sus mellizos concebidos en Estados Unidos a través de un alquiler de vientre.
La conductora reveló que la basílica de San Nicolás de Bari, en Barrio Norte, y en la parroquia Nuestra del Pilar, en Recoleta, no permitieron la ceremonia.
El problema radicó, explicó, en que no cumplía con el requerimiento de ser bautizada, ya que ella recibió ese sacramento como Roberto Carlos Trinidad y no como Florencia Trinidad, como figura actualmente en su DNI.
Finalmente, la actriz pudo bautizar a sus mellizos el pasado 25 de agosto, cuando cumplieron un año, en la basílica porteña del Santísimo Sacramento.
Pero la ceremonia religiosa tuvo otro contratiempo.
No fue oficiada por un sacerdote de la arquidiócesis de Buenos Aires sino por el presbítero Jorge García Cuerva, de la diócesis de San Isidro.
“Lo más importante de esto es el bautismo. La Iglesia no puede decir que no al bautismo de los chicos”, dijo entonces el párroco de Santa Clara de Asís, en El Talar, partido de Tigre.
De acuerdo con el canon 868, inciso 1, del Código de Derecho Canónico, para poder bautizar a un niño es necesario contar con el consentimiento de los padres o al menos de uno de ellos, y que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la fe católica.
La norma legal católica tampoco prohibe el sacramento de un hijo cuyos padres tienen una relación contraria a las enseñanzas de la Iglesia, es decir, que no estén casados o cuando lo pide solo la madre.