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6 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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El impacto social que genera el empleo informal

Viernes, 11 de enero de 2013 21:36
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Hay una radiografía social que se esconde detrás de los sorprendentes números que indican que Salta es una de las provincias con mayor informalidad laboral, o trabajo precario, conforme al relevamiento realizado por el Instituto de Estudios Laborales y Desarrollo Económico (Ielde), correspondiente al último trimestre. La exclusión, la marginalidad y un sentimiento de no pertenencia rige a esta lógica. El valor de las cifras y el estudio de su impacto sobre la economía, pasan a un segundo plano cuando se intenta determinar desde una mira sociopsicológica cómo resultan afectados los que trabajan sin estar blanqueados en el sistema. Y no es un tema menor, mucho menos si se considera que en esta provincia son casi 66 mil personas que padecen esta problemática.

¿Cómo planificar el futuro? ¿Cómo pensar en tener una familia en el corto plazo sin garantías de permanencia laboral? ¿Cómo desarrollar una carrera laboral en este contexto? La magnitud que tiene la privación de los derechos y garantías del trabajador ya es una preocupación colectiva.

“El problema que se plantea cuando hay informalidad en el trabajo puede abordarse desde la perspectivas emocional, donde aparece la imposibilidad de que la persona afectada puede proyectarse y sentirse valorada”, explicó a El Tribuno el sociólogo Alberto Noé. Los que no forman parte del mercado laboral registrado son quienes ven limitadas sus posibilidades para caminar en un horizonte de largo y mediano plazo. Hoy trabajan, pero mañana podrían no hacerlo ya que entre éste y el empleador no hay ninguna relación contractual que los una. Hay gente que llega a los 40 años y durante su vida laboral nunca fue formalmente contratada.

Los derechos sociales, como el del trabajo, construyen un imaginario de estabilidad y de reconocimiento de los otros. “Estar en blanco significa que hay un otro que te reconoce y valora tu trabajo, mientras que el informal está desvalorizado, devaluado”, añadió Noé.

Otras dos variables que se mantienen presentes: la incertidumbre, la falta de seguridad. “Quien trabaja de manera informal, siente que no tiene los suficientes derechos, que no recibe reconocimiento por su tarea”, explicó el psicólogo Antonio Gutiérrez. Este profesional apuntó que en Salta, la informalidad está ligada también a lo que denominó “pobreza cultural”: “gente que no accedió a una buena escolaridad o que estuvieron en familias desintegradas que no lograron incorporar los valores del trabajo”. Aclaró que “la culpa no es de un gobierno en particular, sino que confluyen muchos factores, entre los que destaca la época que se vive, las condiciones económicas y el desempeño que sigue la lógica capitalista”.

Exclusiones

Trabajar no solo es conseguir dinero, explican los profesionales. Trabajar lleva consigo un sentimiento de pertenencia e identidad de la persona con el rol que desempeña en su labor diaria. La relación persona-trabajo es indispensable hoy, y así lo fue durante los siglos pasados. “Ahora hablamos no solo de una exclusión económica sino también de simbólica, por la importancia que tiene el trabajo dentro de la sociedad para cada individuo”.

Dos tipos de sensaciones trae aparejada la informalidad. Por un lado, la sensación de que “hoy puede ser el último día de trabajo” para quienes no están registrados en sus empleos, en tanto que para los que sí lo están, “el temor a quedar desempleados y pasar a la informalidad para sobrevivir”. Este cambio implica trabajar sin cobertura de riesgo laboral, sin aportes a la seguridad social, es decir, sin derechos.

Cómo incluír a los excluídos

El desafío más grande que deben contener las políticas públicas del Estado provincial es “cómo incluir a los excluídos”. Y es aquí cuando la variable “educación”, se plantea como una de las alternativas más atractivas.
La educación necesita estar presente en el mundo del trabajo y tener una vinculación estrecha con éste. “Hay dos mundos: uno es el de la vida y el otro es el mundo del trabajo, si el sujeto no esta insertado en el segundo no existe”, manifestó Alberto Noé, doctor en Sociología por la Universidad de San Pablo. La educación cumple un rol integrador dentro de la sociedad misma. Brinda la posibilidad a las personas de contar con herramientas para su desenvolvimiento laboral. De este modo, a mayor nivel educativo, mejores posibilidades de conseguir empleos calificados. Sin perder de vista que para ello, el mercado tiene que contar con una estructura productiva que le permita demandar este tipo de trabajos.
“Una forma de revertir el problema es tomar medidas económicas, educativas y culturales que contribuyan a eliminar paulatinamente el empleo informal”, apuntó el psicólogo Antonio Gutiérrez. En tanto que Noé aclaró que “hay que resignificar al trabajador en los mercados de trabajo”.

“Una sola causa no explica la informalidad”

Por Félix Piacentini, economista de la Fundación Mediterránea

“Muchas causas confluyen cuando se intenta explicar la informalidad laboral. No hay una regla exacta o una sola causa que explique la problemática. Se sostiene que a mayor industrialización menor empleo no registrado. Y si bien es cierto que la industria tiene menor informalidad, esa relación no es una regla matemática. En muchos casos ocurre que al estar la industria más organizada y expuesta al control suele tener las cosas en orden. Las multinacionales son las que más se cuidan porque son precisamente las más controladas.
Dentro de todas las variables que pueden brindar una explicación sobre el fenómeno, el costo laboral es una de las principales. Las empresas tienen la necesidad de ser competitivas, y una cantidad importante de negocios no pueden enfrentar los costos laborales, entonces recurren a mano de obra informal.
Hoy, hay muchos profesionales que trabajan de manera no registrada en el mercado laboral. No obstante, las probabilidades de ser empleado informalmente es menor cuando se cuenta con mayor calificación y educación. Quienes realizan tareas de menor calificación en la mayoría de los casos son empleados sin registro dentro del sistema.
El Estado es el que tiene que controlar que no exista el trabajo con estas características, y no lo hace como se debe.


 

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