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Cuando aún la sociedad argentina no terminó de digerir el clima de terror que precedió a la disputa del frustrado clásico de verano entre Rosario Central y Newell’s, sumado al sangriento enfrentamiento posterior entre hinchas leprosos y la Policía, la violencia del fútbol, ese flagelo que parece no tener fin, sumó otro nefasto capítulo.
Como en la mayoría de los incidentes entre facciones “pesadas” de barras, la mano dirigencial a la hora de alimentar y agigantar al monstruo de la violencia siempre está presente, lamentablemente. Si no, ¿cómo se explica el costoso viaje de placer que realizaron los barras de Racing en un crucero de lujo que cuesta 1.600 dólares por persona?
Los principales cabecillas de la popular barra de la academia, denominada “La Guardia Imperial”, disfrutaron días atrás de un placentero periplo en el crucero Costa Serena. Pero esta no es la noticia. Los impunes y amenazantes barras -liderados por su jefe, Raúl Guillermo Escobar Barrios, alias Huevo- protagonizaron dos hechos de violencia durante la excursión, que fueron relatados por un tripulante que fue testigo ocular privilegiado de los hechos.
“Hubo dos peleas. La primera fue durante la primera noche. La persona conocida como Huevo le partió una copa en la cabeza a un tripulante. En los días siguientes no pasó nada, se los veía tranquilos. Pero la noche anterior al desembarco en la costa de Punta del Este hubo otra pelea que fue entre ellos mismos, pero no se supo por qué. Lo que sí se supo fue que en la segunda pelea no participó Huevo, sino que él intervino para separar”, indicó el testigo.