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Decenas de miles de dolientes salieron ayer a las calles de la conflictiva ciudad egipcia de Puerto Said y corearon consignas contra el presidente islamista Mohamed Morsi, durante un funeral masivo de 35 de las 37 personas que perecieron en los disturbios del día anterior.
También ayer hubo algunos brotes de violencia cuando algunos manifestantes abrieron fuego con sus pistolas y la policía respondió lanzando gases lacrimógenos.
La televisión estatal informó que 110 personas resultaron lesionadas, pero fuentes de los manifestantes afirmaron que los heridos ayer sumaron más de 400 personas y había un muerto por herida de bala.
“Estábamos muy preocupados por lo que podía ocurrir después del sepelio”, dijo Rasha Hamuda, activista de las juventudes locales, quien destacó que hay mucha tensión en la ciudad.
En El Cairo se llevaron a cabo también los funerales de dos policías muertos un día antes en los hechos de violencia en Puerto Said. Varios agentes increparon al ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, quien está a cargo de la policía, cuando llegó al funeral, dijeron testigos.
Graves acusaciones
Los policías indignados señalaron a gritos que el ministro sólo se había presentado para aparecer ante las cámaras de televisión.
Se trata de una muestra inusitada de disenso en Egipto, donde la fuerza policial suele imponer una disciplina de estilo militar. Ibrahim se marchó en forma precipitada y el funeral continuó sin él.
La violencia en Puerto Said, unos 225 kilómetros al noreste de El Cairo, estalló el sábado, horas después de que una corte impuso la pena capital a 21 personas por su participación en una serie de disturbios durante un partido de fútbol en la localidad.
Aquellos enfrentamientos del 1 de febrero de 2012 en el estadio dejaron 74 muertos.
La mayoría de los sentenciados a muerte eran aficionados de Puerto Said. Los 21 fueron hallados culpables de homicidio, y la corte emitirá su fallo sobre el resto de los 73 acusados en marzo.
Barras a la egipcia
Los disturbios se derivaron principalmente de la rivalidad enconada entre la policía y los ultras, como se llama a los seguidores radicales de clubes en Egipto. Muchos de esos hinchas se han politizado cada vez más, suelen enfrentar a la policía y también formaron parte del levantamiento que derrocó al régimen de presidente Hosni Mubarak hace un par de años.
Asimismo, varios aficionados estuvieron al frente de las protestas contra la junta militar que se hizo cargo del país después de la salida de Mubarak. Ahora participan en las protestas contra el presidente islamista Morsi, el primero surgido de unas elecciones libres.
“Morsi enemigo de Dios”
“No hay más Dios que Alá”, dijeron a coro los manifestantes en el funeral. “Morsi es enemigo de Dios”, afirmaron otros.
La procesión avanzó por la ciudad después de que los dolientes oraron en la mezquita de Marian. Mujeres vestidas de negro comenzaron a corear las consignas, que se propagaron poco después.