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.La locura no cesa en el fútbol argentino. A poco de conocerse las irrisorias sanciones para los jugadores de Boca y Godoy Cruz, protagonistas de un verdadero escándalo en Mendoza, anoche en Sarandí la violencia volvió a surgir desde adentro de la cancha. Los hechos bochornosos desatados al final del encuentro entre Arsenal y Gimnasia de La Plata, que finalizó 1 a 1, una vez más refleja la falta de “sentido común” de los protagonistas que ante el primer “chispazo” reaccionan de la peor manera.
Los futbolistas se tomaron a golpes de puño, con la Policía involucrada y varios colaboradores de ambos lados. Todo explotó cuando el delantero del lobo Facundo Pereyra quiso sacar ventaja de un pique, los locales pretendían que devolviera la pelota. Entonces, Marcone (de Arsenal) le tiró un codazo, Aguirre dos cabezazos y allí se desató el “todos contra todos”. Si bien el árbitro Darío Herrera, luego de los incidentes, expulsó a cinco jugadores (dos de Arsenal y tres de Gimnasia LP) el partido continuó disputándose los minutos que fueron descontados por la gresca pero el juego ya estaba desnaturalizado.
Luego de este papelón, desde AFA tienen que accionar con medidas más duras para que hechos de este tipo no ocurran más. Aunque nada asegura que desde la dirigencia afista pueda haber mano dura contra Arsenal.
En cuanto a lo futbolístico, el equipo de Gustavo Alfaro con el empate se vio privado de quedar a un solo punto del líder, Newell’s. Milton Caraglio había puesto en ventaja a Arsenal, que no consiguió mantener la diferencia y perdió dos puntos clave por el empate de Facundo Pereyra, en el segundo tiempo.