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Los candidatos del Gobierno nacional sufrieron un revés en los principales distritos de la Argentina, pero el resultado igual le permitía al Frente para la Victoria y sus aliados conservar la mayoría propia en ambas cámaras legislativas. Eso buscaba el oficialismo, porque el resultado es clave para los poco más de dos años de mandato que le quedan a la presidenta Cristina de Kirchner.
Los resultados de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), de agosto pasado, casi se repitieron y eso permitió a los funcionarios nacionales respirar más aliviados porque con la mayoría de los votos en ambas cámaras la gestión kirchnerista podrá llegar a su final en 2015 sin contratiempos importantes. Y hasta podría perfilar un candidato presidencial con peso propio.
Al final de la jornada hubo celebraciones en varios comandos de campaña del oficialismo (lo condujo el vicepresidente Amado Boudou), como en varios de la oposición (Sergio Massa, Mauricio Macri, Elisa Carrió, Fernando “Pino” Solanas, Hermes Binner, Julio Cobos y de la izquierda, entre otros). Fue al cabo de una jornada atípica en la que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner mantuvo reposo en la quinta de Olivos, todavía convaleciente de la operación por un hematoma craneal. Hubo otro agregado: también ayer se recordó el tercer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner.
El resultado adverso más notorio para el oficialismo se producía en la provincia de Buenos Aires, donde Sergio Massa duplicaba la diferencia obtenida en las primarias y lograba consolidarse como uno de los principales opositores al kirchnerismo de cara a las presidenciales de 2015.
Con estos resultados a nivel nacional el Frente para la Victoria lograba mantener su mayoría autónoma, aunque ajustada, en la Cámara de Diputados: con el esfuerzo de propios y aliados, la bancada oficialista encarará los últimos dos años de mandato de la presidenta Cristina con 131 escaños, 2 más de los necesarios para el quórum.
En el Senado, en tanto, la mayoría del oficialismo no estaba amenazada, a pesar de quedarse sin la representación en la Ciudad de Buenos Aires, donde perdió la banca de Daniel Filmus. Unión PRO, que llevaba a Gabriela Michetti, obtenía la mayoría de los votos y se llevaba dos bancas en el Senado, mientras que Solanas, se aseguraba su plaza dejando afuera a Filmus, uno de los grandes derrotados de las elecciones.
Los candidatos del Gobierno perdían además en Córdoba, Santa Fe y Mendoza. El recuento de votos mostraba anoche, al cierre de esta edición, que los resultados adversos de las primarias en San Juan y La Rioja se revertían.
Carrera presidencial
Tal como se esperaba, el resultado de las elecciones legislativas 2013 confirma en líneas generales el de las primarias y precipita una carrera presidencial con varios aspirantes, entre los que sobresale Massa como estrella consolidada del mapa político nacional.
Pero el intendente de Tigre y electo diputado nacional por el Frente Renovador no es el único que revalidó pergaminos. Hermes Binner en Santa Fe, Julio Cobos en Mendoza y Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires, con holgados triunfos territoriales y anclaje en otras provincias, se colaron en el mapa nacional que toma otros contornos de liderazgos parcelados y multipartidarios. José Manuel de la Sota también busca proyectarse desde Córdoba, aunque la victoria de su delfín Juan Schiaretti aparecía menos contundente que las otras.
Esa fragmentación del antikirchnerismo permitió que el Frente para la Victoria fuera nuevamente la fuerza más votada en todo el país y que, incluso, haya mejorado su desempeño respecto de las PASO. A pesar de ese logro, paradójicamente es la agrupación que no tiene una figura proyectada para 2015 cuando los argentinos deberán elegir al nuevo presidente.
Cristina Fernández de Kirchner, que aún conserva altos niveles de popularidad, ya descartó la posibilidad de buscar un tercer mandato y por tal motivo su sector deberá encumbrar un sucesor. Su ausencia por razones de salud mostró una jornada electoral atípica desde el retorno de la democracia y también mantiene un signo de interrogación para los 26 meses que restan.
A futuro y pese a la derrota del Frente para la Victoria en Buenos Aires, Daniel Scioli emerge con posibilidades de liderar a un oficialismo necesitado de una figura que proyecte su continuidad en el poder. El mandatario bonaerense pivotea en el PJ. Resta ver si hay espacio para que los sectores ultrakirchneristas promueven algún otro presidenciable en dos años.
Nuevamente la Presidenta y el rumbo de su gestión serán determinantes para definir ese enigma. Hace cuatro años el FPV parecía terminado y dos años después se impuso con el 54%. Sergio Urribarri volvió a resultar ganador en Entre Ríos y es impulsado por La Cámpora y el influyente secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini.
Jorge Capitanich, cuyos candidatos resultaron triunfadores en Chaco, podría surgir como alternativa dentro de la estructura oficialista.
Incluso algunos dirigentes “K”, como el chaqueño, ya comenzaron a sonar como posibles integrantes de un gabinete que se haría eco del mandato de las urnas y a contribuir en la resolución de cuellos de botella que acumula la gestión, sobre todo en la economía. “Es que las cuentas nacionales y la voracidad política se complotan para un escenario de incertidumbre, por ahora también agudizado por la convalecencia de Cristina Kirchner”, se indicó.
Con más de dos años por delante, tan justas son las aspiraciones de los ganadores de estas elecciones como necesario que prioricen la responsabilidad política por sobre la ansiedad o la conveniencia partidaria.
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