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Con una gran concurrencia de fieles, el Campo Histórico de la Cruz fue escenario de la misa central en honor a la Virgen de Urkupiña, una de las celebraciones religiosas más sentidas por la comunidad boliviana y por numerosos devotos que llegan desde distintos puntos de la provincia.
Desde las primeras horas de la tarde, familias enteras se acercaron al lugar portando imágenes, flores y ofrendas para rendir homenaje y agradecer a la Virgen por los favores recibidos. El clima de devoción se hizo sentir en cada rincón, acompañado de cantos, oraciones y momentos de recogimiento.
En diálogo con El Tribuno, varios asistentes compartieron su emoción por participar en la ceremonia. “Vengo por la familia y a agradecer todas las bendiciones que nos han brindado”, expresó una mujer visiblemente conmovida. Otra devota destacó: “Estamos muy emocionadas de esta participación. A mí la Virgen me ha dado mucho”.
Un símbolo de unidad y esperanza
La festividad de la Virgen de Urkupiña es considerada un símbolo de unidad y esperanza, y cada año convoca a cientos de personas que encuentran en ella un espacio para renovar su compromiso espiritual y reforzar los lazos comunitarios.