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El papa Francisco dijo ayer en la explanada de San Pedro en el Vaticano “recemos juntos el Angelus”, e invocó “la protección materna de María para las familias del mundo entero, de modo particular las que viven en situaciones de mayor dificultad”.
Jorge Bergoglio concluyó así el peregrinaje de dos días de las familias católicas de 75 países y 5 continentes, en ocasión del Año de la Fe.
Durante el Angelus, el Papa explicó que la fe se conserva pero no “embalsamándola”, la fe se dona como se la recibió, exige “elecciones valientes”, se deja “provocar por lejanos, se empuja en las periferias, no se arroja en posiciones defensivas”.
De este modo, el Pontífice desarrolló la idea de que la familia “custodia la fe”, una de las características fundamentales de la “familia cristiana”.
“San Pablo, cuando hace el balance de su vida, se plantea la pregunta, ¿si conservo la fe? Pero cómo la conservo? No en una caja fuerte. No la entierro como aquel siervo perezoso. San Pablo compara su vida a una batalla y a una carrera. Conservó la fe porque no se limitó a defenderla, la anunció, la irradió, la llevó lejos”, sostuvo.
Y recordó que San Pablo se opuso a los que querían “conservar, embalsamar” el mensaje de Cristo en los confines de Palestina.
Luego el Papa invitó a las familias reunidas en plaza San Pedro a preguntarse: “En qué modo custodiamos nuestra fe? ¿La tenemos para nosotros, en nuestra familia, como un bien privado, como una cuenta en el banco, o sabemos compartirla con el testimonio, con la recepción, la apertura a los otros?”