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La transición, más ordenada, no asegura el nombre del sucesor

Miércoles, 13 de febrero de 2013 10:05
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Continuidad o cambio. La renuncia del papa Benedicto XVI abrió la puerta a una amplia gama de posibles sucesores, desde el conservador cardenal de Milán hasta un aspirante de Ghana y varios latinoamericanos.

Pero no cabe esperar un cambio radical en la Iglesia Católica, porque Benedicto XVI nombró a la mayoría de los cardenales que escogerán a su sucesor entre sus propias filas y el resto fueron nombrados por Juan Pablo II, lo que es lo mismo.

Un puñado de italianos cumplen los requisitos, el principal entre ellos el cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán. Scola tiene una relación estrecha con Benedicto XVI, un intelecto profundo y dirige la arquidiócesis más importante de Italia, algo nada desdeñable porque los italianos dominan el Colegio Cardenalicio.

El lunes, Scola, de 71 años, se colocó la mitra de obispo y se presentó en el Duomo de Milán para alabar la “fe y humildad extraordinarias” de Benedicto XVI.

Otros italianos destacados son el cardenal Gianfranco Ravasi, jefe de la oficina vaticana de Cultura y otro peso pesado intelectual. Un factor que eleva su perfil es que Benedicto XVI lo nombró para liderar ejercicios espirituales durante la Cuaresma, dándole un foro visible justo antes del cónclave.

Los que lideran las posibilidades latinoamericanas son el cardenal brasileño Odilo Pedro Scherer, de 63 años y arzobispo de San Pablo, y el cardenal argentino Leonardo Sandri, de 69 años y jefe de la oficina de iglesias de rito oriental del Vaticano.

Sandri ganó fama como la “voz” del papa Juan Pablo II cuando el pontífice no pudo expresarse más debido al Parkinson que sufría.

Por su parte, el cardenal brasileño Joao Braz de Aviz, de 65 años, se ha ganado aplausos como jefe de la oficina del Vaticano para congregaciones religiosas, aunque es el único cargo que ha tenido desde 2011.

América del Norte cuenta con varios candidatos. Ellos son el cardenal Timothy Dolan, de Nueva York, y el cardenal Raymond Burke, un ultraconservador y principal juez del Vaticano. El canadiense Marc Oeullet es un buen contendor y se ha ganado el respeto de sus colegas como jefe de la oficina de obispos del Vaticano.

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