inicia sesión o regístrate.
La fórmula no es secreta, pero tampoco es fácil completarla y muchas veces no llega a ser efectiva cuando se la completa. El ascenso en el fútbol suena simple pero termina siendo complejo, inalcanzable para la mayoría de los clubes, aún cuando las cosas se hicieron bien a lo largo de un proceso.
En Salta se lo busca desde hace un par de años para recuperar una plaza en la B Nacional, el segundo torneo más importante en el país.
Gimnasia y Tiro, Central Norte y Juventud Antoniana lo buscaron; el santo y el albo lo siguen intentando; tratan de dejar el Argentino A pero hasta acá resultó imposible completar la fórmula.
¿De qué se trata esa bendita manera de conseguir el objetivo? De un conjunto de situaciones y de factores que nacen a partir de las decisiones dirigenciales y que las acciones de los protagonistas centrales, los jugadores, deben concluir.
Cada componente debe interactuar permanentemente con el correr de las fechas, y si uno deja de funcionar, afecta a los demás.
En este informe, El Tribuno intenta explicar de alguna manera cómo se puede lograr un ascenso:
---------
- El factor dirigencial. Todo nace en la planificación y la organización por parte de los dirigentes. En este sentido, es vital un cuerpo con capacidades para trabajar en equipo en la faz organizativa, que tenga conciencia de previsión económica y de gestión para conseguir los recursos. Y que sepa de fútbol. Una dirigencia debe estar en las buenas y en las malas y actuar como tal, no como un grupo de hinchas. Uno de los más grandes desafíos es aguantar a los técnicos cuando los resultados no son buenos. De los dirigentes es la responsabilidad de acertar con el factor que termina siendo el decisivo: los jugadores. Una buena elección es fundamental.
---------
- Un presupuesto acorde. La estabilidad económica en un proceso es más que importante. Saber afrontar un campeonato de diez meses con bajas recaudaciones y pocos sponsor es uno de los ingredientes indispensables. Ese presupuesto debe permitir cumplir las obligaciones sin depender de los resultados inmediatos.
--------
- Un buen cuerpo técnico. El concepto de bueno o malo en un cuerpo técnico tiene que ver con la sabiduría de un entrenador reflejadas no solo en cuestiones futbolísticas; debe tener autoridad dentro y fuera de la cancha y no necesariamente tiene que portar varios ascensos. Pero es importante la elección porque la cabeza del grupo debe tener siempre los pies sobre la tierra, ser leal, directo y debe hacerse entender. La efectividad de un buen cuerpo técnico se traduce en un buen equipo, desde lo físico y futbolístico; y también se refleja en el bajo nivel de lesiones. Hoy es habitual que muchos DT delegan en el preparador físico el trabajo en dos o tres días a la semana, cuando en realidad el contacto con la pelota debe ser diario y permanente. Un buen cuerpo técnico se ve solo afectado cuando no conjuga con el factor “refuerzos y buenos jugadores” (explicado más adelante).
------
- Un plantel completo. El armado es primordial, tanto como amalgamar el grupo. Un plantel debe estar cubierto equitativamente por puestos, ser solidario y tirar para un mismo lado.
-----
- Refuerzos y buenos jugadores. Es el principal de los factores. Al fútbol lo hacen los futbolistas en su esencia; al buen fútbol, el buen futbolista. Un equipo sin buenos futbolistas difícilmente pueda salir campeón. Son los jugadores los que tienen la última palabra dentro de la cancha y son los responsables de un ochenta por ciento en los ascensos, cuando el resto de la estructura funciona. Si ellos quieren, pueden. Si ellos se lo proponen, se logran los objetivos y, cuando ellos no quieren, aunque sea inconscientemente, actúan en consecuencia.
Un ascenso necesita de refuerzos (Barcelona es el mejor equipo de mundo pero no todos son jugadores españoles ni de su cantera), de buenos jugadores que se destaquen en lo individual y en lo colectivo.
-----
- La disciplina y la humildad. Esto es básicamente para los jugadores y cuerpo técnico, pero sobre todo para los futbolistas que en Salta, cuando las cosas andan más o menos bien, suelen relajarse demasiado y abusar de la noche. Así se pueden explicar los bajones que siempre experimentan los equipos. Saber controlar la “joda” es otra arista fundamental, tanto como la humildad. El jugador o el plantel que piensa que ganó antes de ganar, no llega a ninguna parte. Muchas veces la falta de humildad es inconsciente e involuntaria.
-----
- La infraestructura. Es importante pero no es preponderante para el objetivo. De todos modos, un buen equipo se perfecciona en buenos campos y debería andar aún mejor cuando tiene todas las comodidades.
--------
- La suerte, el azar y las rachas. No hay campeón sin suerte; es casi una ley. Es por esto también que en el fútbol no siempre hay lógica. Pero a la suerte también hay que ayudarla y para eso un equipo nunca debe dejar de insistir.
------
- El apoyo de los hinchas. Si todo lo expuesto anteriormente funciona, el hincha dirá presente y se sumará como un eslabón fuerte en esta cadena. En Salta está comprobado que la gente es solo socia del éxito, acompaña masivamente en los clásicos y partidos definitorios. El apoyo ayuda a mantener la estabilidad económica y esto potencia más a un plantel.
-------
- El contacto y el poder político. Algunos sostienen que solo llegan a la meta los clubes que tienen un padrino en los estamentos superiores y contacto directo con aquel o aquellos que cortan el queso. Y a veces es cierto. El poder político suele ser muchas veces determinante pero no siempre. Los factores extrafutbolísticos no voltean con facilidad a un buen equipo de fútbol. La corrupción en este deporte es innegable, pero un club nunca podrá ascender por tener solo esta parte de la fórmula y sin ninguna de las otras.
----------
En consecuencia, cuando todos estos componentes se mezclan a lo largo del campeonato, la fórmula debería saltar sola. Pero si faltara aunque sea uno -ni hablar de dos-, la fórmula no se completa y, por consiguiente, no se logra el objetivo.
¿En qué fallaron los clubes salteños?
Juventud tiene 2 ascensos a la B Nacional (1996 y 1998) y jugó 7 veces los Nacionales (1971, 73, 75, 78, 83 y 85). Central ganó una clasificación a la B Nacional (1986), dos ascensos al Argentino A (2006 y 2010), y jugo 7 Nacionales (1974, 76, 77, 80, 82, 84 y 85). Gimnasia tiene un ascenso a la B Nacional (1992), dos a Primera (1993 y 97), uno al Argentino A (2011) y jugó 2 Nacionales (1979 y 81).
Gimnasia y Tiro y Juventud Antoniana todavía tienen chances de luchar por el segundo ascenso, pero ambos ya fallaron en el primer intento porque no supieron, de una manera u otra, alimentar la fórmula ni completarla a lo largo de los nueve meses que lleva la competencia. En rigor a la verdad, el factor “refuerzos y buenos jugadores” terminó siendo uno de los principales por el cual podría explicarse por qué no ascendieron en la primera oportunidad y, en el caso del cuervo, el motivo por el cual ya está fuera de carrera.
Por citar otros ejemplos, podría decirse que a Central Norte también le faltó el componente de la “humildad” en el arranque del campeonato; y tampoco tuvo la “suerte” a su favor.
“La disciplina” no fue una constante también en Gimnasia y en Juventud. Todavía no se puede explicar cómo el albo nunca volvió a ser ese equipo temible de la primera ronda del torneo, como así tampoco cómo el santo bajó su nivel en el endecagonal. A ambos también les afectó el factor “refuerzos y buenos jugadores”, y todo se volvió más complicado cuando otros equipos salieron a jugarles con los mismos componentes, como Talleres, Santamarina, San Martín y Maipú, entre otros. Y cuando esto sucede, se impone aquel que consigue mezclar los factores permanentemente, en un determinado y crucial momento. En estos casos la balanza se termina de inclinar por aquel que conjuga todos los componentes, incluidas el factor suerte y el factor contacto político.
La primera y la última del santo
Quince años pasaron de la última vuelta olímpica del santo y fue precisamente a la B Nacional. Juventud lo lograba al adjudicarse la zona 2 de aquel Argentino A, en abril de 1998. Pero el primer ascenso es el más recordado, en julio 1996, porque lo logró con un ejemplar único de batalladores que se hicieron fuerte en Río Negro para vencer a Cipolletti por 1 a 0 en la revancha (0 a 0 en Salta). Ese equipo, dirigido por Juan Kairuz, tenía guerreros como Martín Lígori, José Valdiviezo, Raúl Iturrieta, Nelson Marín, José Pereyra, Juan Pruyas, Esteban Espeche, Raúl Olarte, Marcelo Cortés, Miguel Angel Velarde y Carlos el Chato Rosas. Juventud tenía en aquel momento una buena dirigencia, pero sobre todo un plantel de verdaderos guerreros.
Así lo logró Gimnasia
Gimnasia tuvo una década de los 90 exitosísima, con cuatro ascensos: dos a la B Nacional y dos a Primera. En todos los casos el albo puso en escena buenos equipos formado por grandes jugadores, el factor principal de tantos éxitos. Para llegar por primera vez a la B Nacional en 1993 derrotó al lobo jujeño una recordada final con jugadores de la talla de Gerardo, Celoria, Pelusa Cejas, Palito Alvarez, Venancio Herrera, el Colla Castellanos y Marcelo Herrera; Raúl Iturrieta, el Tigre Amaya, el Negro Alegre, Fabián y Alfredo el Tanque González. El DT era Ricardo Aniceto Roldán.
El albo tuvo en cada ascenso de la década una dirigencia sólida, la suerte del campeón, grandes planteles y también el contacto político (el presidente Pepe Jiménez era en ese tiempo casi una mano derecha de Julio Grondona).
La única vez de Central Norte
La única vez que Central Norte jugó en la B Nacional fue en la primera edición de este certamen, en 1986. Para acceder, el cuervo ganó el torneo clasificatorio que armó la Liga Salteña, del cual formaron parte 10 equipos capitalinos. Central se adjudicó este torneo con tremendos jugadores como Horacio Zingariello, Osvaldo Mattei, el Negro Agero, el Pollo Tejeda, Ramón Chanchín Barrios, Ricardo Aniceto Roldán y Lescano.
La palabra del “Pulpo” de los ascensos
“Lo principal es tener un buen plantel, con recambio, que trabaje en conjunto con la dirigencia. Jugadores con experiencia y que tengan amor propio y hambre de gloria. También es importante tener una buena racha cuando hay que definir un campeonato, y ganar todo de local, eso me pasó en Juventud y en Central Norte”. (Nelson Marín, exjugador)
Aniceto, como jugador y como técnico
“Lo primero es una buena base de jugadores, ellos marcan la diferencia; y el apoyo logístico. No solo se necesita un buen equipo porque los dirigentes tienen que estar atentos a todo. Pero lo fundamental es un plantel competitivo, con recambio. En Central, en el 2003, nos quedamos en el camino porque no pude reemplazar al Corto Farfán, por dar un ejemplo”. (Ricardo Roldán fue DT de Gimnasia en el ascenso de 1993)
Chibán lo vivió en Gimnasia y Tiro
“El primer factor que tuvimos fue una comisión directiva de lujo (que encabezó José Jiménez). Para llegar al primer ascenso fracasamos en el primer intento e insistimos con la misma base, con jugadores de la zona y tuvimos esa suerte, porque no siempre se da una camada buena en la región. Pero para el ascenso no hay una receta fundamental. Y en el segundo ascenso acertamos con los refuerzos”. (Sergio Chibán)
El Tanque de los campeones
“Lo dije muchas veces, para ascender hace falta un poquito de todo, del técnico, de los dirigentes y, sobre todo, de los jugadores. Un equipo tiene que demostrar que es el mejor en todos los partidos. Para eso hay que tener un buen plantel. Las veces que ascendí (estuvo en tres ascensos de Gimnasia) la principal virtud fue del plantel, pero hace falta un poquito de todo lo otro”. (Alfredo González, exdelantero albo)
El exequipo de Jorge, el último campeón
“El tema pasa por la solidez de una institución y objetivos claros. Un orden económico, con un presupuesto cauto para no tener sobresaltos que luego repercutan en lo deportivo. Tuvimos un gran plantel con el ochenta por ciento de jugadores propios y solo siete refuerzos. Con un trabajo serio en algún momento el ascenso se tiene que dar”. (Carlos Pérez, vice de Douglas Haig)