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En medio de un debate con alto voltaje, el titular del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, fue el protagonista de una fuerte discusión con diputados de distintas bancadas de la oposición, que casi termina
a los golpes en pleno recinto.
El legislador santafesino debió ser contenido por sus pares en dos oportunidades para evitar el enfrentamiento directo con sus adversarios.
Luego de la votación en general del proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura, al solicitar una votación única para los 33 artículos de la norma, Rossi recibió una catarata de insultos de todo calibre, principalmente del bloque radical y particularmente de los diputados Miguel Bazze y Ulises Forte.
Su reacción fue levantarse, tomar una copa de vidrio que tenía sobre su banca y atinar a arrojarla, aunque fue atajado a tiempo por la vicepresidenta de su bloque, Juliana Di Tullio, y la secretaria parlamentaria, Teresa García.
La copa terminó hecha pedazos a centímetros de la banca de Rossi y fue García quien recogió los restos del piso.
El segundo arranque de ira de Rossi se produjo cuando el tablero marcó 128 votos a favor del artículo 2 de la norma (se necesitaban 129) y la oposición denunció "fraude" a los gritos.
"¡Fraude! ¡Fraude! ¡Fraude!", se escuchaba en el recinto cuando desde la zona donde se ubican los radicales voló hacia la banca del santafesino una botella de plástico con agua, lo que generó una instantánea reacción del oficialista de volver a pararse y correr hacia el sector donde estaba el grupo de opositores.
En el camino fue frenado primero por uno de sus asesores y luego dos veces por el diputado de La Cámpora Eduardo "Wado" De Pedro, a quien después se sumaron Edgardo Depetri y Sandra Mendoza.
Entre todos lo calmaron y volvieron a llevarlo hasta su banca, desde donde pidió que se continuara con la votación, con la voz afónica.
Rossi se disgustó con el presidente de la Cámara, Julián Domínguez, cuando éste convocó a un cuarto intermedio para calmar los ánimos generales, ya que la intención del titular de la bancada oficial era continuar hasta el final.
Durante las 33 votaciones, los legisladores oficialistas buscaron evitar que se produjeran nuevas equivocaciones en el tablero por no presionar a tiempo los botones.
Por esa razón, tanto Rossi como García, Di Tullio y Carlos Kunkel pedían a los gritos que toda su tropa apretara el pulsador antes de los 15 segundos de lapso que brinda el sistema.
"¡Prestá atención!", le reclamó el santafesino con un grito a su par Oscar Albrieu, que se había distraído unos segundos antes de presionar el botón.
La realización de una única votación en particular y en general había sido esparcida entre la oposición por el propio titular de la Cámara baja, quien dialogó en las inmediaciones del recinto con algunos jefes de bancadas, una hora antes del momento de la votación, desarrollada a las 5.40.
Esa versión fue analizada por los opositores, que decidieron, antes de sentarse a votar, solicitar cuestiones de privilegio contra Domínguez por permitir ese sistema de votación, que finalmente no se concretó.
La diputada del Frente Peronista Graciela Camaño fue de las más encendidas en el rechazo de la votación unificada de los 33 artículos y hasta se acercó al estrado de Domínguez y le tironeó los cables del micrófono.
La legisladora también intentó tomar por asalto una campanilla que suele tener la Presidencia en su mesa, pero fue salvada por un colaborador del exministro de Agricultura.