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Un verdadero escándalo. El polémico paquete de normas para la reforma judicial aprobado por el kirchnerismo y aliados incluyó gritos, forcejeos, botellazos y denuncias de fraude de la oposición. En la madrugada de ayer, después de casi 18 horas de debate, la Cámara de Diputados aprobó en general la reforma del Consejo de la Magistratura con 130 votos contra 123. Las intervenciones de legisladores oficialistas y opositores se centraron en denuncias, chicanas y cruces.
Previamente, la polémica estuvo en las especulaciones del Frente para la Victoria y los bloques opositores para alcanzar el quórum, lo que con la ayuda de aliados como el salteño Alfredo Olmedo logró conseguir. Pasada las seis de la mañana, cuando la reforma del Consejo de la Magistratura ya había sido aprobada en general y los legisladores se prestaban a votar en particular el proyecto, el jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi, impulsó el debate único: la oposición pedía una discusión artículo por artículo. Sin embargo, el pico de lo bochornoso fue en la votación del artículo 2.
Dicha iniciativa proponía aumentar el número de miembros en el Consejo de la Magistratura a 19 de los 13 miembros actuales. Lo cierto es que, al momento de votar, el artículo dos tuvo 128 votos en la pantalla, o sea, uno menos que lo necesario. Inmediatamente, Domínguez aclaró que había dos diputados que no se habían identificado e iban a votar a favor. La pizarra marcó 101 votos negativos y 21 abstenciones, entre ellas la del santafesino Juan Carlos Forocni y la de la neuquina Alicia Comelli, una de las diputadas que estaba en la mira sobre su respaldo o no a la ley.
Comelli, a quien trataron de “traidora”, confirmó que no había sido identificada y por lo tanto era el voto que faltaba. Después, el kirchnerismo volvió a votar y a las 6.54 la reforma obtuvo 130 votos a favor y 9 en contra.
La oposición, sin Olmedo, se retiró.