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La paz está cada vez más lejos. Era evidente que Rusia no se iba a quedar de brazos cruzados una vez que la Unión Europea (UE) decidiera levantar el embargo de armas impuesto a Siria, para favorecer a los opositores al presidente Bashar al Assad. Moscú también movió sus fichas y adelantó que iba a proporcionarle al gobierno del país árabe misiles antiaéreos S-300. Esto se concretó ayer.
El propio Al Assad aseguró que un primer cargamento de esos misiles ya llegó a Siria y que “pronto se recibirá el resto”, en una entrevista realizada por la televisión libanesa Al Manar.
Al Asad destacó que las fuerzas gubernamentales, con el apoyo del grupo chií libanés Hezbollah, han obtenido importantes logros recientemente, lo que, a su juicio, “ha inclinado la balanza en el terreno castrense a favor de las Fuerzas Armadas”.
“El Ejército sirio está librando batallas frente a grupos armados y continuará hasta la eliminación de los "terroristas'”, afirmó el presidente, quien también señaló que “Siria y Hezbollah están en el mismo campo”.
Al mismo tiempo, el mandatario le advirtió a Israel que el Ejército sirio responderá a cualquier agresión en su territorio, en alusión a los bombardeos israelíes contra instalaciones militares.
Por su parte, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, señaló esta semana que esos misiles antiaéreos son un factor de contención contra una posible injerencia externa en el país árabe.
Para el analista militar Mohamed Qadri Said, el régimen sirio ha pedido ese tipo de misiles para afrontar las injerencias israelíes en su espacio aéreo, así como la posibilidad de que se establezca una zona de exclusión aérea dentro del país.
Said explicó que, sin embargo, se necesitará tiempo para integrar esos misiles en el sistema de defensa aérea sirio y también para capacitar a las personas encargadas de utilizarlos.
El analista recordó que Rusia apoya al régimen sirio a cambio de que le garantice la presencia militar en el Mediterráneo, y apuntó que esa necesidad recíproca puede permitir que Al Assad se mantenga por más tiempo en el poder.
Boicot a la paz
A la mayor militarización de la situación se sumó el anuncio de la oposición siria de boicotear la Conferencia de Ginebra II por la implicación de Irán y Hezbollah en el conflicto. Por ello, las posibilidades de hallar una solución pacífica al mismo son cada vez más lejanas.
En esta conferencia, que pretendía sentar en la mesa de negociaciones al régimen y la oposición, no estará presente la Coalición Nacional Siria (Cnfros), se conoció ayer.
El régimen de Al Assad sí participará en la reunión, prevista para junio, y propuesta por Washington y Moscú para buscar una salida política al conflicto.
La principal alianza opositora indicó que no acudirá a ninguna conferencia internacional debido a la presencia de combatientes de Irán y de Hezbollah en el país, especialmente en la ofensiva gubernamental contra la ciudad de Al Quseir.
En una rueda de prensa en Turquía, el líder de la Cnfros, George Sabra, instó a la ONU y a la Liga Arabe a que actúen inmediatamente para detener las masacres en el país.
Sabra pidió, además, a la Cruz Roja Internacional y a la Media Luna Roja que se dirijan a Al Quseir para evacuar a los 1.500 heridos atrapados en esa población por la ofensiva del régimen y su aliado Hezbollah.
Advertencia y preocupación israelí
Tras conocerse que Damasco ya habría recibido parte de los misiles prometidos por Rusia, Israel señaló que no quiere provocar una “escalada” militar con Siria, pero advirtió que no permitirá la entrega de armas “estratégicas”, especialmente al movimiento chiíta libanés Hezbollah, afirmó ayer el ministro israelí Sylvan Shalom.
“Desde hace años Siria dispone de armas estratégicas, el problema se plantearía si estas armas cayeran en otras manos y fueran utilizadas contra nosotros. En este caso, tendríamos que actuar”, añadió.