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Definitivamente esta será una de las campañas políticas más interesantes de los últimos años. El movimiento de candidatos se anticipa intenso de acuerdo a las piezas que ya se pusieron en juego, aunque ahora como nunca, el oficialismo deberá tener extremo cuidado, no sólo por la respuesta de la oposición, sino por el ojo crítico de toda la opinión pública.
Es que la estrategia política del gobernador Juan Manuel Urtubey para las próximas elecciones legislativas debe partir necesariamente por la exposición de sus candidatos y, a fuerza de ser honesto, debe admitir que los que arrancaron en punta, partieron con sobrepeso.
Para colmo ningún movimiento en la gestión pasa desapercibido y todo se sabe, todo se comenta, todo llega a las redes y de allí a las plataformas virales de la comunicación digital. Nada pasa desapercibido.
Quien puede dar cuenta de esto es el ministro de Gobierno, Julio César Loutaif, cuya hija menor resultó sorpresivamente promocionada en una terna para la Asesoría de Incapaces N´3 de esta capital, pese a que no cuenta con la mínima experiencia ni trayectoria para ocupar el cargo. Urtubey debe decidir en las próximas horas quien será el nuevo titular de la dependencia, aunque en Ciudad Judicial ya se imaginan, de acuerdo a la experiencia, quien será “la elegida”.
Pero volviendo a las candidaturas y a la atenta mirada de la opinión pública, cada movimiento de gobierno es observado y relacionado con la campaña política.
Los cambios
Los enroques que se dieron esta semana suponen cambios para acomodar a los candidatos de cara a la campaña, como el caso de Rubén Fortuny, quien dejó el Ministerio de Trabajo en manos de Eduardo Costello para poder dedicarse al proselitismo.
Otros, no tan resueltos ni convencidos de su performance política, optaron por alejarse sólo un poco de las bondades del Estado, pero no tanto. Tal es el caso de Armando Isasmendi quien dejó el Ente Regulador de los Servicios Públicos para irse a la empresa estatal Remsa (Recursos energéticos y mineros SA). En ese cargo permanecerá expectante a cualquier orden política, aunque este enroque pueda provocar alguna “inquietud familiar”.
Es que Armando Isasmendi ya no podrá “controlar” a su primo Esteban Isasmendi quien es director de Aguas del Norte, la empresa que presta el vital servicio a la población y que tiene una de las tasas de mayor reclamo de usuarios en Salta. Pese a ello y seguramente por una cuestión de familia, el Ente Regulador hizo vista gorda de esta situación en todos estos años, aunque nada hace pensar que esta realidad vaya a cambiar.
Todo queda en familia
Pero si de familia y acomodos hablamos, ¿quien puede ponerse colorado si el propio gobernador Juan Manuel Urtubey hace lo mismo con sus hermanos? De allí para abajo, el gobierno se ha transformando en una odiosa red de nepotismo cada vez más evidente y más impune. Lo peor de todo es que están naturalmente convencidos de que eso está bien.
Y sino, solo hace falta ver las publicidades estáticas de Rodolfo Urtubey para el Senado nacional. “La misma sangre...” dice una imagen de Photoshop que espanta. De allí hacia abajo y hacia los costados, los ejemplos sobran. Conservadores, burgueses recalcitrantes que están convencidos que lo bueno o lo malo de una gestión es una cuestión de sangre y cuanto más azul, mejor.