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Llegó la hora de agradecer los servicios no prestados por la soldada (diría la presi) Teresa (la de los expedientes X) y mandarla en comisión a un organismo que la misma persona que le reconoce los servicios (si mal no me acuerdo) en alguna oportunidad expresó que la OEA no servía para nada, nunca un mejor lugar para la excombatiente (sic).
En compensación por los méritos como ministro de Defensa y por los logros obtenidos, convirtiendo a las fuerzas armadas en Boys Scout.
Como secretaria de Seguridad, casi nos quedamos sin policías y sin ciudadanos, está bien que no son lo que deseamos, pero tampoco que los maten como moscas.
Un verdadero enroque corto, no sabían dónde ponerla, era demasiado evidente si hacían puerta, vereda y calle nos íbamos a dar cuenta de lo inoperante que es Puricelli, otro nuevo funcionario en reemplazo, ahora podemos estar tranquilos porque transará con los chicos malos.
En Defensa, el vehemente Agustín Rossi no me desagrada, tiene una impronta militar, puede funcionar, vamos a darle tiempo, lo que no tengo claro es el rol del Batiberni, que anda con el vulcanólogo Alberto Caselli en el sur, propiciando la erupción del Copahue, que espera sea pronto para hacer algún mérito, sino cómo justifica su función, después de todo no es un militar de carrera, es un médico asimilado como oficial.
Roberto Rubén Sánchez
Ciudad