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Juan Manuel Urtubey venía viendo problemas serios para poner candidatos desde hace, por lo menos, seis meses.
Lo que hizo por instalar a su hermano Tolo es faraónico. Para convencerlo de que dejara su cómodo departamento de Puerto Madero y se dedicara a los cortes compulsivos de cintas, consiguió primero 187 millones de dólares de un Fondo de Reparación Histórica y después le dejó todo, hasta el helicóptero, para que se dedicara a recorrer inauguraciones y festivales.
No dio resultado. La candidatura del hermano es más difícil que la de Yarade.
Los que resulta inexplicable es por qué se complicó más todavía postulando a Cristina Fiore. No es por el carisma ni por la popularidad. Uno no sabe por qué, aunque lo supone.
Y para imponer a la Pequeña Lulú, encima, se peleó con el PRS.
Claro, él no imaginaba que el vicegobernador se iba a ir de las boletas pero no del gobierno.
Urtubey anda medio aceleradito.
En el oficialismo saben bien que la elección legislativa no se va a polarizar así nomás. Y con Zottos llevandose el voto renovador y disputandole el voto kirchnerista, al Tolo le podría ir bastante mal.
Porque Alfredito Olmedo, todos lo saben bien y lo dice a los cuatro vientos, quiere ser gobernador en 2015. Los kirchneristas razonan que, en 2011, Urtubey le sacó más de treinta puntos a Olmedo. Pero el hombre de la gorra amarilla les recuerda que si repite el 25 por ciento, seguro, entra al Senado.
Ahora, en el gobierno tienen miedo de que el recurso Salta Forestal no les alcance. La tentación de la gobernación es más fuerte y si el Tolo queda afuera del Senado, Juan Manuel va a tener que ir pensando en otra cosa.
Lo curioso es que, para matizar la campaña, encontraron a Evita Isa. Ella es más simpática que Fiore y más movediza que el Tolo. Sin duda, trae un toque de frescura al Via Crucis de Urtubey.
Juan Manuel creía que tocaba el cielo con las manos. En la boleta aparecerían su apellido, el de Miguel Isa y los nombres de Cristina y Evita. ¿Qué más se puede pedir?!
Pero no: Evita, habla.
Ayer fue la única que dijo lo que los demás se esmeraban en mantener bajo siete llaves: “Con Zottos, a Juan Manuel le salió su Julio Cobos”.
Si ella lo dice, creo, es porque lo escuchó en alguna parte.