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Nuevas revelaciones del caso de los nuevos narcopolicías

Miércoles, 26 de junio de 2013 12:50
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Tres de los policías de la provincia detenidos el lunes acusados de conformar una banda dedicada al narcotráfico se abstuvieron de declarar ayer. En tanto el efectivo restante, cuya identidad no trascendió, inició su relato pero no lo terminó.

La causa está en manos de forma interina, del Juzgado Federal 2.

La investigación se inició hace más de un año con escuchas telefónicas a los involucrados. Las mismas arrojaron resultados positivos y la Justicia Federal libró cinco órdenes de allanamientos en domicilios situados en los barrios 20 de Junio, San Benito y Don Santiago. Las pesquisas están en manos de la Dirección de Drogas Peligrosas. La nómina de los efectivos que fueron separados de la fuerza es la siguiente: oficial subayudante Arnedo (29), cabo Ortíz (27) de la sección Monitoreo, cabo Siri (27) del área Motorizada y una agente con revista en un jardín del Hospital Público Materno Infantil. Permanece prófugo el esposo de ésta, el cabo Arancibia de la Guardia de Infantería, sindicado como el cabecilla.

También fueron detenidos: Amin Tayagui (29), el otro jefe de la banda, domiciliado en el barrio Don Santiago, empleado de una empresa multinacional de gaseosas y su esposa, quien es hermana de Arancibia. En tanto, un hombre de apellido Contreras es señalado como principal distribuidor de la droga.

Este caso vuelve a escandalizar a la provincia. Cabe recordar que actualmente se lleva a cabo el juicio a los expolicías Carlos Gallardo y Gabriel Giménez por tráfico de estupefacientes.

Una de las hipótesis que se maneja sobre el modus operandi de la red se refiere a allanamientos clandestinos que consistían en irrumpir ilegalmente en algún domicilio cercano al que tenía que ser allanado, sin orden judicial, para que de esta forma los narcotraficantes se percataran de la presencia policial y huyeran dejando los cargamentos. “Luego los efectivos ingresaban a la vivienda en cuestión y se apropiaban del estupefaciente. De esta forma lo iban acopiando”, aseguraron altas fuentes policiales. También se conoció que Arancibia habría fingido el 6 de abril del corriente haber intentado atrapar a dos motochorros que supuestamente le habían arrebatado una cartera a una mujer, en la intersección de la avenida Tavella y ruta provincial 26. En ese episodio hubo una persecución y el policía recibió un balazo en el hombro. Los investigadores explicaron que ese episodio “respondería a un ajuste de cuentas. No hubo denuncia, ni testigos”, aseguraron.

Armas del Estado, droga ajena                     Por Miguel Escalante

El nuevo caso de “narcopolicías” salteños tiene aristas novelescas.

Fuentes policiales aseguraron que el total del arsenal secuestrado pertenece al Estado provincial. Oficialmente se habla de cinco pistolas 9 mm, aunque otras fuentes dijeron que se trata de una decena, entre armas de puño y otros modelos.

En total, se informó que hay siete detenidos, cuatro de ellos policías, entre estos un oficial de la fuerza, y tres civiles. El ministro Eduardo Sylvester aseguró frente a distintos medios que hay policías prófugos, pero no dijo cuántos.

Una fuente policial consultada ayer por El Tribuno dijo que al menos serían 17 los efectivos que estarían implicados en distinto grado con el “narco gate”. Otra fuente confirmó que la investigación tiene más de un año, y que llamativamente cuando el juez firmó los cinco allanamientos solicitados por los detectives internos alguien sopló la medida judicial horas antes a los propietarios de la droga, no así a los policías implicados, que fueron detenidos cuando llegaban al domicilio señalado por la Justicia en busca del “cargamento” pactado telefónicamente. Vecinos dijeron que la casa fue “limpiada” desde las seis de la mañana. Llamativamente, en la tarde del lunes informaciones oficiales hablaban del secuestro de marihuana, pesos y poco más de 33.000 dólares. A la noche, el ministro confirmó que se trataba de cocaína, cuya pureza desconocía, poco más de 3.000 dólares y algunos pesos nacionales, pero deslizó que la cocaína hallada estaba embalada en botellas de 500 cc de gaseosa, selladas, que las armas eran del Estado y que el poder corruptor narco todo lo podía. Poco después las botellas embaladas se convirtieron en tizas, los dólares en pesos, las armas eran menos y el acopio y comercialización se transformó en venta callejera. (¿?)
 

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