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El representante de la empresa aclaró en conferencia de prensa que ‘las pasarelas del Parque Nacional Iguazú no están rotas, se desplazaron de su posición original para permitir que el flujo de agua pase libremente y no comprometa las estructuras de hormigón.‘
Al mismo tiempo, Zuliani, aclaró que ese mecanismo que se activa para que no se dañe la estructura, funciona de acuerdo con los distintos niveles del río. ‘Cuando el río está bajo, las barandas de las pasarelas están
levantadas y permiten la circulación de la gente hasta la Garganta del Diablo. Cuando sube, se rebaten para permitir que el flujo de agua pase libremente, reduciendo la resistencia, permitiendo de ese modo que algún tronco en flotación pase por encima‘, indicó.
Expresó además que ‘cuando el nivel del río es muy alto, la velocidad del flujo aumenta y es entonces cuando se procede a desprender las pasarelas, como ha ocurrido en algunos tramos, para no comprometer la estructura de hormigón‘.
Además recordó que el Parque no cerró en ningún momento, y que de hecho el jueves entraron más de 2.600 personas, quienes ‘visitaron unas cataratas imponentes‘. El procedimiento descripto, refrendado por la Administración de Parques Nacionales (APN), organismo nacional de contralor del Parque Nacional Iguazú, es posible gracias a la inversión realizada por la empresa para reemplazar las antiguas pasarelas del parque por las actuales, agrega un comunicado de Iguazú Argentina.
La nota agrega que debido a los sistemas de monitoreo del río vigentes, es posible hacer un seguimiento permanente del mismo y a la fecha se cuenta con información que indica que las precipitaciones han cesado y el caudal del río viene bajando.
Un solo circuito estaba inhabilitado hasta ayer, el de Garganta del Diablo, que quedará abierto una vez que se normalice la situación.