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El Papa abogó por la solidaridad

Miércoles, 05 de junio de 2013 20:56
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El papa Francisco abogó ayer por la solidaridad y el encuentro para enfrentar la “cultura del desperdicio”, y dijo que en el mundo “no manda el hombre, sino el dinero”.

“Quisiera que tomásemos el compromiso contra la cultura del desperdicio y por una cultura de la solidaridad y del encuentro”, destacó el papa argentino Jorge Bergoglio, durante la catequesis de la audiencia general, dedicada a la Jornada Mundial del Ambiente. El Papa recordó el “ejemplo de los abuelos, que no desperdiciaban los alimentos”, y dijo que esa actitud contrasta con “nuestra cultura” actual, en la que “los índices de la bolsa son noticia y la gente que muere de hambre no”.

“Recordemos siempre que la comida que tiramos es como si la hubiésemos robado de la mesa de quien es pobre”, manifestó.

Ante más de 80.000 personas reunidas en la plaza de San Pedro para la audiencia de los miércoles, el Pontífice destacó la necesidad de cuidar la naturaleza y terminar con el derroche y la destrucción de alimentos.

“Estamos viviendo un momento de crisis, lo vemos en el ambiente, pero sobre todo en el hombre. El ser humano está en peligro y el peligro es grave porque la causa del problema no es superficial, sino profunda, no es sólo una cuestión de economía, sino de ética y de antropología”, sostuvo el Papa.

Según Francisco, “lo que dominan son las dinámicas de una economía y una finanza carentes de ética. Sin embargo, Dios dio al hombre la obligación de custodiar la tierra y no el dinero”.

A favor de los refugiados

El ministro del Vaticano para los Emigrantes, el cardenal Antonio María Veglio, denunció que muchos Estados en vez de acoger a los refugiados adoptan medidas para disuadirlos, al considerarles un problema y no tener en cuenta las razones que los llevaron a huir de sus países. Veglio, en un artículo publicado en L'Osservatore Romano en el que explica el documento “Acoger a Cristo en los refugiados y en las personas desarraigadas a la fuerza”, añadió que la opinión pública “cada vez se muestra más recelosa y amenaza la protección de los refugiados”.

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