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Enérgico pedido al PAMI

Sabado, 13 de julio de 2013 22:58
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Soy presidente del Centro de Jubilados y Pensionados Nacionales y Provinciales de Salta, una institución sin fines de lucro que funciona en Caseros 1125. Brinda numerosos beneficios a sus afiliados, como clases de gimnasia, Tai-chi, folclore, servicios de Enfermería, Podología, Masoterapia y Reiki, todos subvencionados por PAMI. A ello debe sumarse la entrega de los bolsones alimentarios y actividades recreativas. Su comisión directiva realiza sus tareas -como en todos los centros de jubilados- en forma ad honorem. Estamos en un edificio de propiedad del PAMI, es decir, de los jubilados, porque todos sabemos que el PAMI es de los jubilados. Hasta la asunción de las actuales autoridades había un contrato de comodato, que fue rescindido con la promesa que se construiría un moderno edificio. Las autoridades del PAMI decidieron instalar un archivo en este lugar. Para ello ocuparon tres habitaciones de adobe, llenas de humedad y carentes de la ventilación necesaria. Ese lugar no es apto para la instalación de un archivo. Pero este no es el problema, si no que la persona encargada del archivo vive amenazando con desalojamos. Se trata de una persona mal educada, insolente y soberbia que no merece ser empleada del PAMI. La ultima amenaza fue el 13 de febrero. Actuó como un verdadero barrabrava, no sabemos si por propia iniciativa o mandado por alguna autoridad del PAMI. En cualquiera de los dos casos es mala señal. No se puede amenazar, intimidar y meter miedo. Ese señor, llamado Mario Durand, ha sido declarado persona no grata por el Centro de Jubilados. Pero cuando todos creíamos que se había vuelto a la normalidad, recibimos nuevamente amenazas, esta vez por intermedio de un abogado del PAMI, el señor Oscar Machado, y de una empleada administrativa, Inés Priux, pero con el agravante de llamarnos “okupas”. Dijeron que si no nos íbamos nos suspenderían los subsidios del PAMI; es decir, que los jubilados se quedarían sin sus talleres y sin su bolsón alimentario.

Señor director del PAMI, licenciado Herman Spollansky, hay cosas mucho más importantes a las que prestarle atención. Es justo y debemos reconocer que el PAMI ha mejorado mucho. Pero ¿que me dice de los jubilados que piden turno a su médico de cabecera, y el mismo es concedido hasta con 20 días de espera? Nos guste o no, los jubilados necesitamos una buena atención médica. El PAMI puede brindar una prestación excelente, solo que los fondos son derivados para otras cosas. ¿Que me dice del dinero que se malgastó pagando por dos años alquiler por un local en refacción y al cual se trasladó el PAMI, todo esto mientras se pagaba alquiler donde funcionaba antes?

¿Y de las farmacias que no venden determinados medicamentos que tienen un elevado descuento, porque el PAMI está atrasado en los pagos? ¿Que me dice de las largas filas que hacen los jubilados bajo el sol la lluvia y el frío para cobrar sus haberes? Aquí también habría que preguntarse qué hace Anses, los organismos de Derechos Humanos y la federación de centros de Jubilados. Nunca se los escuchó decir algo para revertir la situación. Así podríamos seguir enumerando muchas situaciones desagradables y en las que habría que trabajar para mejorar la atención de los jubilados. Nosotros, los viejos, merecemos más atención que tres habitaciones de paredes de adobe y llenas de humedad, sin ventilación donde por más que sean maquilladas continuamente, la documentación se está destruyendo. Nosotros los viejos queremos que nuestros últimos años sean un verdadero jubileo.

Raúl Angel de La Paz

Ciudad

 

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