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Los remates en Palermo suelen brindar sorpresas y buenos precios. Esto no es extraño ya que esta exposición suele convocar lo mejor de la genética de todas las especies de animales que se crían en los campos argentinos.
En particular, en los últimos años, las razas bovinas Braford y Brangus siempre tuvieron ventas descollantes, con precios récord. Esta edición de la muestra no fue la excepción.
El pasado martes, en la cena remate de la raza Braford, el Gran Campeón y Campeón Junior de Palermo 2013, de Fideicomiso Agropecuario Peyrano, rompía un récord al ser adquirido por la firma Shonko S.A. a $ 610.000.
Esta venta fue el eje de las conversaciones de los criadores de la raza y de todo aquel ganadero que sigue el ritmo de los negocios. Pero la sorpresa duró poco y escasas horas después el récord era superado.
En el marco del Brangus Show, una cena remate que la Asociación Argentina de Brangus organiza todos los años, la Gran Campeón Hembra, de Bellamar Estancias S.A., era adquirida, en su 50%, por $ 390.000. O sea que el vientre Brangus adquirió un valor de nada más y nada menos que $ 780.000.
Pero estos valores no deben ser tomados a la ligera y exigen algo de explicación, porque sino no se entendería qué es lo que pasa con el negocio ganadero. Cualquier lector desprevenido estaría en todo su derecho de hacer el siguiente razonamiento: “Los ganaderos se quejan de la situación, dicen que el negocio no es rentable, aseguran que el precio que perciben por el kilo vivo es igual al de hace dos años. ¿Pero compran reproductores por encima de los $ 500.000?
Es completamente válido el razonamiento, pero hay que hacer unas cuantas aclaraciones: los animales que alcanzan estos precios son parte de una élite genética.