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Carta de lectores

Domingo, 11 de agosto de 2013 01:15
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Maltrato en un hotel en Purmamarca

Existen ocasiones en las que uno, navegando por Internet, entra a un sitio de algún hotel con el sueño de fugarse de la rutina por lo menos un fin de semana. Entonces se acude al manoteo de los arrugados billetes escondidos o se rompe el chanchito para así someterse a un delirio de sibarita por lo menos un día. Esto me ocurrió la semana pasada cuando viendo el agotamiento de mi pareja recordé un hotel en Purmamarca llamado Casa de Adobe y tentado solicité reserva vía mail para la noche del sábado 3 de agosto. El 31 de julio deposité la seña, la mitad del costo total, como me exigieron. El sábado, distendido y muy confiado, llegué Casa de Adobe de Purmamarca junto a mi pareja. La señorita que me atendió me dijo que mi nombre figuraba con una reserva pero que por desgracia no había electricidad desde hacía horas, algo que viene ocurriendo desde hace meses en la Quebrada de Humahuaca, y que para el día siguiente estaba programado otro corte de luz durante casi toda nuestra estadía. Me puse a analizar la situación: Sin luz uno puede estar. Pregunto: - Señorita ¿Andará el jacuzzi? - No señor. Sin electricidad no hay jacuzzi. -Tampoco andará el sauna supongo, inquiero. - No señor. Ni tampoco tendrá calefacción central ni agua corriente para bañarse o lavarse, responde ella ¿Entonces a qué carajo vine? Si voy a estar peor que en mi casa, pego la vuelta. Le expliqué que en esas condiciones de ninguna manera nos íbamos a quedar. Encima, en aquella zona la temperatura desciende muchísimo por la noche. Fui a explicarle la situación a mi pareja, que permanecía en el vehículo, y ella se bajó para ver qué solución nos daban ¿Solución? ­Ninguna! O era esa noche o perdía mi seña. No hubo forma de que nos permitan volver otro fin de semana sujeto a disponibilidad o que me reintegraran el 50% de la seña. ­Nada! Nosotros empezamos a ponernos molestos y a insistir discutiendo en algún arreglo al asunto, pero ni en sueños. Hasta que apareció en la recepción un personaje que le dio un manotazo a un papel que me estaban entregando, en donde explicaban el porqué no nos devolvían el dinero para hacer una denuncia, y se dirigió a una oficina privada. Mi mujer y yo callamos por un momento en los reclamos cuando nos dijeron que este tipo era el dueño del hotel, suponiendo un fin de la disputa beneficioso para las dos partes. Al rato salió de allí y dijo que su contador más adelante iba a considerar si nos devolvían el dinero. Me pareció una burla. ¿No es cierto que el cliente siempre tiene la razón? Seguimos discutiendo hasta que dicho sujeto se aproximó a mi mujer con gesto amenazante pensando que ella iba a amedrentarse. Pero lo que no sabía este tipo era que le estaba haciendo frente a una leona, que no obstante su embarazo de 5 meses le diera una apariencia inofensiva, no le teme ni a Mike Tyson masticando una oreja. El individuo se frenó ante la mirada brava de mi pareja y sólo amenazó que si seguíamos allí llamaría a la policía.

Conclusión: Casa de Adobe S.R.L. nos hizo "pito catalán". A quejarse a Magoya. Y por más denuncia que hicimos en la Oficina de Turismo de la Provincia de Jujuy, nos fuimos c mascullando nuestra frustración y encima y lo peor de todo, con mi mujer y su pancita endurecida por el mal momento que pasamos. Quise compartir nuestra experiencia con otros lectores porque no me gustaría que a otros les ocurra lo mismo. El dinero perdido es eso y nada más, y no vale el mal momento que pasamos. Que este señor disfrute de esos billetes mal ganados, pero la Justicia Divina algún día, le hará pagar mucho más que eso, y entonces espero que se acuerde de su desacierto

Guillermo Pastore

Ciudad

 

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