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Antonella Risso: “Hay que diminuir la exposición todo lo posible”

Lunes, 12 de agosto de 2013 04:39
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Salud sin Daño es una coalición internacional de hospitales y sistemas de salud, profesionales de la salud, grupos de la comunidad, sindicatos y organizaciones ambientalistas que buscan que el sistema de salud no genere daños ni a sus pacientes ni al ambiente.

Antonella Risso es la responsable técnica del proyecto de reemplazo de sustancias químicas peligrosas en hospitales de Salud sin Daño.

En el país están trabajando para aplicar prácticas seguras en la utilización de sustancias químicas y promover, en la medida que se pueda, la reducción del uso de ciertas sustancias, entre ellas el óxido de etileno.

En diálogo con El Tribuno, Risso destacó que se mezclan varios factores al momento de dar un paso hacia la sustitución de sustancias químicas: uno es el cultural; otro es presupuestario; los argumentos que los administradores de los hospitales dan para priorizar, en las compras, estas nuevas sustancias.

Principalmente mencionó que la sustitución gradual es posible, pero destacó que dentro de los hospitales se debe trabajar en cómo prevenir y manejar accidentes con este tipo de sustancias.

“Hay que ir hacia el manejo seguro de las sustancias y procurar buenas prácticas de manejo. Reconocer los riesgos y no invisibilizarlos, es prioridad”, aseguró Risso.

¿No debe ser fácil trabajar en la sustitución de ciertas practicas médicas, y sobre todo con ciertas sustancias químicas, no?

Son cambios culturales muchas veces. Eso nos pasó con el mercurio. Había una resistencia enorme desde el sistema de salud que decía que los termómetros digitales no medían lo mismo que los que tenían mercurio. En sectores como los de odontología continúan trabajando con el mercurio porque llevan 30 años trabajando de una manera y es difícil creer en esa tecnología que desconozco. Por ahí lo que pasa es que alguno deciden quedarse

con lo que conozco, aunque sea peligroso. Esto también pasó con los diagnósticos por imagen que ahora son digitales.

Lo que nosotros estamos trabajando es en la sustitución de varias sustancias, una de ellas es el óxido de etileno. En Argentina nos falta todo por recorrer, aunque ya se nota una tendencia de cambio.

Las normas, ayudan para este cambio?

Lo que si pasa en la Argentina es que las normas laborales, de protección laboral están más orientadas a la industria que al sector de salud.

Nuestras mismas normas de seguridad e higiene, las normas de la Superintendencia de riesgos del trabajo están orientadas hacia ese sector industrial.

Aunque hay muchos hospitales que están en proceso de sustituir químicos, la norma no te obliga a hacer la sustitución.

Salud sin Daño promueve prácticas seguras con los químicos o la sustitución, ¿Cómo se llega a eso?

Una de las cosas que tenemos en el sector de salud es el médico laboral, que no siempre hay dentro de los hospitales.

Pero, cuando están, ellos lo que hacen es registrar los accidentes, pero lo que no se hace es prevenir. Registran los casos pero no hay una política de prevención, de hecho es en eso en lo que trabaja Salud sin Daño.

Sobre el óxido de etileno se dice que se puede sustituir, pero que las características que tiene este gas no son reemplazables. ¿Esto es así?

El óxido de etileno es reemplazable, el tema es que todavía no hay tanta variedad de tecnología.

El oxido de etileno se puede reducir y en sus en algunos casos hasta el 100%. En hospitales que son grandes, con mucha cantidad de camas o con mucha complejidad no pueden hacer un reemplazo completo, pero sí se pueden hacer buenas prácticas y seguras.

¿Con qué se puede reemplazar el óxido de etileno?

Hay una esterilización por plasma de peróxido de hidrógeno (eso es agua oxigenada) que también es una esterilización en frío, una tecnología que no tiene tantos años y las máquinas son chicas. El tema es que un hospital con 400 camas (como el San Bernardo) no se puede sustituir por completo. Lo que se puede hacer es priorizar en las compras los equipos que sean autoclavables por sobre los que tengan oxido de etileno, eso te hace comprar un insumo más caro, pero esterilizás con un sistema más rápido y más seguro. Así se prioriza la seguridad laboral por sobre el costo del insumo en sí.

Entonces hay que pensar en que los costos van a subir...

Son prioridades. Si uno tiene en cuenta el tiempo que pasa entre que uno tiene que dejar el material para esterilizar en la máquina de óxido de y el que hay que dejar pasar para que estos materiales vulevan al quirófano; el riego para el trabajador; el espacio físico; las condiciones de aislamiento.

La alternativa de esterilización resulta segura, no genera emisiones cancerígenas y el trabajador puede estar en el mismo espacio. También hay que convencer a los administradores de que esto es posible y que siempre que sea más seguro, hay que hacerlo.

¿Se sabe cuáles son los hospitales que practican la sustitución del óxido de etileno?

Tengo registro de esterilización por plasma de peróxido de hidrógeno en hospitales públicos de las provincias de San Luis, Mendoza, Chubut, Tierra del Fuego y Misiones.

En algunos casos complementa y minimiza el uso del óxido de etileno, en otros lo sustituye completamente. También en hospitales privados, como el Italiano y el Austral en Buenos Aires poseen ambos sistemas.

Estos dos últimos, forman parte de la Red de Hospitales Verdes y Saludables.

¿Cómo se debería abordar situaciones como la fuga de óxido etileno que ocurrió la semana pasada en el San Bernardo?

Los hospitales y los médicos están preparados para atender ellos a la emergencia y no para protegerse a ellos mismos. Cuando hay servicios de seguridad e higiene hay que ver las fortalezas de ese servicio para establecer normas de procedimiento claras porque los accidentes surgen y hay que saber qué hacer. Es normal que esto no esté en funcionamiento, lamentablemente.

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