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Otra masacre en Medio Oriente. Ayer, diferentes voces de rebeldes sirios se alzaron para denunciar que en un ataque con armas químicas, fuerzas del régimen de Bashar Al Assad habrían matado a más de 1.300 personas en las afueras de Damasco, la capital. El Gobierno negó las versiones de que sus tropas hubiesen usado armas químicas, desechando las afirmaciones de la oposición, a las que calificó de infundadas.
Rami Abdul-Rahman del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, destacó que tenía sustentado con documentos de por lo menos 1.000 muertes en el ataque del miércoles. El vocero indicó, sin embargo, que no estaba claro todavía si las víctimas murieron a causa del cañoneo o por los ataques con gas tóxico.
Otros grupos de activistas, entre ellos Comités de Coordinación Local, afirmaron que cientos de personas murieron el miércoles en un ataque con “armas químicas en suburbios del este de Damasco”, basándose en los síntomas que sufrieron las víctimas.
La disparidad en las cifras es común en los primeros instantes después de un ataque en Siria, donde el Gobierno restringe el trabajo del periodismo local y extranjero.
Expertos de la ONU
Las aseveraciones se difundieron mientras un equipo de 20 expertos en armas químicas de la ONU, encabezados por el sueco Ake Sellstrom, se encuentra en Damasco desde el domingo para investigar tres sitios donde supuestamente hubo ataques con armas químicas.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó que hubo cañoneo intenso contra los suburbios de Zamalka, Arbin y Ein Tarma. Dijo que activistas reportaron que las fuerzas del régimen dispararon “cohetes con ojivas cargadas con gas venenoso” en el ataque que mató a “centenares de personas”.
Rami Abdul-Ramán, jefe del Observatorio, dijo que los activistas en el área informaron que “gas venenoso” fue lanzado con cohetes y también desde el aire. Agregó que las fuerzas del régimen emprendieron una extensa ofensiva contra suburbios del este y oeste de Damasco que están en manos de los rebeldes.
Las cifras, en duda
Abdul-Ramán dijo que se había confirmado la muerte de decenas de personas y que la cifra podría llegar a superar las 200 en los suburbios de la capital.
El Gobierno sirio ha refutado las acusaciones de la oposición sobre el uso de armas químicas, y dice que los rebeldes que buscan derrocar al presidente Bashar Al Assad han utilizado este tipo de armamento.
Tras los reportes del miércoles, el Observatorio exhortó al equipo de la ONU en Siria y a todas las organizaciones internacionales “a visitar las áreas golpeadas y garantizar que la ayuda médica llegue a la gente tan pronto como sea posible”. También pidió que se investigue el ataque.
Mohamed Saíd, un activista en el área, dijo por Skype que cientos de muertos y heridos fueron llevados a seis clínicas improvisadas en los suburbios orientales de Damasco.
“Esto es una masacre”
“Esto es una masacre con armas químicas”, dijo Saíd. “La visita del equipo de la ONU es una farsa. Bashar (Al Assad) está usando las armas y diciéndole al mundo que no le importa lo que piense”.
Uno de los sitios que investigará el equipo de la ONU es el poblado de Jan al-Assal, al oeste de la asediada ciudad norteña de Aleppo. Los otros dos sitios se mantienen en secreto por razones de seguridad.
Defensa de Moscú a Al Assad
El ataque químico contra los alrededores de Damasco, que se llevó la vida de al menos 1.300 personas, fue lanzado desde posiciones ocupadas por los guerrilleros de la oposición, aseguró el portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Alexandr Lukashévich, y amplió que se trató de un cohete artesanal, tipo, casero con gas venenoso no identificado.