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Tiago, de dos años, estaba jugando el domingo en la estancia La Fronda, a unos 20 kilómetros de La Cumbre, en Córdoba, bajo el cuidado de su abuela, pero de pronto desapareció, no fue visto más. Los padres habían salido a pasear y cuando regresaron se dieron con la novedad. Con angustia, comenzaron a buscarlo, pero no hallaban rastro alguno de él. En el lugar no había señal telefónica y los padres subieron hasta un cerro donde finalmente pudieron dar aviso al 101 con base en Cruz del Eje. Desde allí se enviaron efectivos policiales y, luego, se sumaron efectivos de Punilla, incluso integrantes de la Guardia de Infantería, y bomberos voluntarios.
"Fue un momento de muchísima angustia. Primero se pensó que el chico se había caído en un pozo de agua, pero no estaba. Luego se habló de un vehículo rojo que había pasado por el camino rural, pero no se lo hallaba", relató a La Voz del Interior el comisario mayor Mario Tornavaca.
El niño había sido visto por última vez a las 11.30. "Empezó la búsqueda por el monte y finalmente, alrededor de las 17.30, el niño fue hallado en un sendero que llevaba a un arroyo", dijo el jefe policial.
A campo traviesa desde el casco de la estancia, está a un kilómetro. Se cree que caminó un poco más, alrededor de 1500 metros más, por un sendero.
"Por suerte estaba bien. Fue revisado por los médicos y estaba en buen estado de salud", dijo Tornavaca.
El sitio oficial de La Cumbre apunta que desde la entrada de la Estancia La Fronda se accede a un arroyo que si se lo remonta lleva a una casacada. El bebé caminó sólo durante 6 horas por la orilla del río y cuando los efectivos lograron dar con él estaba con un chupete en la boca. Recorrió 1,5 kilómetros, según se informó.
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