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Siempre se dice que cuando una pareja comienza a vivir bajo el mismo techo, también es el momento en que hombre y mujer se empiezan a conocer tal cual son. Esto porque mañas, manías, costumbres y hábitos ya no pueden esconderse, y quedan en evidencia frente a la pareja. En este sentido, dormir se convierte en un verdadero tema.
Claro, porque mientras algunas personas creen que el dormitorio sólo debe usarse para descansar, otras lo consideran el lugar ideal para leer, usar la computadora o ver televisión para desconectarse antes de dormir.
Pero las incompatibilidades en ese sentido pasan a ser insignificantes cuando surgen otras incomodidades. Por ejemplo, si el otro ronca, habla en sueños, se despierta a la mitad de la noche para llevar comida a la cama, acostumbra destaparse o cubrirse hasta el cuello sin importar si hace frío o calor... dormir en pareja puede transformarse en una verdadera pesadilla. Entonces aparece como solución lo que para algunos parece una drástica medida: dormir en piezas separadas.
“Es el paraíso”, afirmó el periodista y escritor Tom Sykes en una columna que publicó en The Telegraph, en la que relataba su experiencia de dormir en una habitación diferente al de su esposa. “Puedo leer novelas hasta tarde en la noche o acostarme a las 22 sin molestar a mi esposa. Puedo ir al baño a las 4 sin golpearme el dedo del pie, porque puedo encender la luz sin temor de despertar a mi amada y, lo mejor de todo, puedo roncar, tirarme gases, babearme... dormir”, describió, cosechando la adhesión de muchísimos lectores que habían tomado la misma medida.
Skyes argumentó que “todos los estudios muestran que dormimos mucho mejor cuando estamos solos”. Respecto al sexo, el periodista y escritor afirmó que en lugar de ser un obstáculo, las piezas separadas pueden avivar el fuego y crear una atmósfera más de citas, en la que él y ella se preguntan: “¿En tu pieza o en la mía?”.
Sin embargo, Julia Santin, directora del Centro del Sueño de la Red Salud Universidad de Chile, no es tan optimista y, por el contrario, opina que “lo ideal es que una pareja nunca se vaya a dormir en piezas separadas, porque puede generar un conflicto muy importante en la relación”.
La neuróloga especialista en trastornos del sueño afirma que el mal dormir en pareja es un asunto frecuente de consulta. En este sentido, señala que en la mayoría de los casos los ronquidos son los grandes culpables. “Llega un momento en que la intensidad es tal, que llegan incluso a tener que salir del dormitorio porque tienen que descansar y no pueden cumplir con su trabajo al otro día”, explicó.
Los inquietos y los que se levantan a comer
Otros trastornos que pueden llevar a una pareja a tomar la decisión de dormir separados son:
* Síndrome de piernas inquietas: ocurre cuando una persona siente la necesidad irresistible de mover sus piernas antes de quedarse dormida. La neuróloga Julia Santin explicó que en el 80% de los casos, las personas que presentan este problema, durante la noche experimentan saltos involuntarios.
* Trastorno conductual del REM: Es un problema que se ve fundamentalmente en hombres de 55 años en adelante. Consiste en que las personas actúan sus sueños. Así, si por ejemplo, si está soñando que se está defendiendo de un ataque, comienza a dar golpes que pueden alcanzar a quien duerme a su lado.
* Levantarse a comer de noche: se trata de personas que durante la noche van a la heladera de manera irresistible e involuntaria. A veces se levantan tantas veces que molestan muchísimo.