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Un contingente de vehículos argentinos fue desalojado por las grúas de la Policía brasileña de las playas de Río de Janerio. ¿Qué pasó?, les hicieron el cuiento del tío. Una nativa les cobró 200 reales por dejarlos en un lugar cercano a la playa afirmando que estaba permitido hacerlo, pero no... A la mañana se encontraron con que faltaban todos los autos y las casas rodantes. Encima, las multas llegan hasta los 800 dólares. A esto se les suma los precios altos en Brasil y ni qué hablar de las entradas, si es que los afortunados pudieron eludir a la reventa. Los locales se aprovechan y alzan las cotizaciones de las bebidas y comestibles, por lo que queda poco dinero para el alojamiento. Ahí sacaron rédito los que fueron con casas rodantes, hasta que apareció un “vivo” que los estafó.
La felicidad supera hasta el mal tiempo
Hinchas chilenos se protegen de la lluvia en la bodega de un micro, un día después de que dejaran afuera del Mundial de Brasil a la selección de España.