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El mundo habla de él. De su garra, de su estirpe, de su voz de mando, de su personalidad y su decisión para trabar con la pierna, con la cabeza y hasta para quedar semi inconsciente en un choque heroico con un holandés. Y hasta por su falta de empacho y valentía para confesar que “me abrí el ano y por eso el dolor” cuando le ahogó el gol a Arjen Robben en tiempo cumplido, sin sonrojarse de la vergüenza. La energía que transmite el subcapitán de la Selección argentina no solo contagia a sus compañeros adentro de la cancha, sino también a 40 millones de argentinos que nos emocionamos con él y con su entrega sin condiciones.
Masche no solo se comió la cancha en el Mundial en general, y en la semifinal de San Pablo en particular. Como si fuera poco, se “comió” las redes sociales. Inmediatamente tras el encuentro con Holanda y la épica clasificación a la final del mundo, el planeta entero solo hablaba de Mascherano, más aún al ver las imágenes televisivas que recorrieron el universo, que mostraban al exmediocampista de River Plate arengando, dando la charla post tiempo suplementario y la charla motivacional al arquero Sergio Romero, que luego se convertiría en figura y hacedor del pase a la final al contener dos penales. El volante fue furor en las redes sociales y tendencia en Twitter, bajo el hashtag #MascheFacts. Con ingenio, la comunidad tuitera elogió al referente. También fue protagonista en la mayoría de memes que circularon por todo Internet.
40 millones de ilusiones
Del furor de Mascherano en las redes sociales al agradecimiento de la legendaria banda Creedence con los hinchas argentinos, pasando por la lástima de Alemania hacia los brasileños y la guerra entre Papas a la bendición de los campeones.