Jhon Jairo Velásquez Vásquez lleva más de un año en libertad y su figura, aunque puede pasar desapercibida, siempre se vincula con su antiguo patrón: Pablo Escobar Gaviria.
En un reciente reportaje realizado por Marco Diz, del sitio Infobae, el hombre que en su momento fue mano derecha del conocido narcotraficante Pablo Escobar, afirmó que "el narcotráfico en la Argentina está matando más gente que las FARC en Colombia", agregando que "la Argentina se está colombianizando", por la cantidad de muertes que provocó el narcotráfico en los últimos años. Hizo un paralelismo entre la Argentina y Venezuela y cree que para luchar verdaderamente contra los cárteles de la droga que operan en la región debe cambiar el gobierno.
Muchos años de su vida lo transcurrió en el anonimato, pero bastó que la serie El Patrón del mal, que cuenta por capítulos la vida de Pablo Escobar Gaviria se empezara a conocer en la Argentina para que su figura, por su crueldad y cinismo cobrara notoriedad.
A Jhon Jairo Velásquez se lo conoce en la serie como "El Marino", aunque su apodo en la vida real era Popeye. Así le decía su jefe, Pablo Escobar Gaviria, uno de los mayores narcotraficantes de la historia mundial.
Él mismo se define como un asesino. No es para menos: se atribuye 250 muertes por encargo, entre ellas la del amor de su vida, Wendy Chavarriaga, una modelo colombiana que había sido amante del capo del cártel de Medellín.
En la historia, Escobar le ordenó que la matara, pero Popeye, seducido por esa joven de cuerpo voluminoso y sugerente sonrisa, cayó a sus pies. La tenía escondida en un departamento y allí pasaba sus mejores momentos, lejos del mundo del crimen.
Pero las buenas historias se terminan y un día le contaron a Pablo Escobar que la joven seguía viva. Allí no deja alternativas a Popeye y este la cita en una plaza, donde la ejecuta.
Los creadores del programa El patrón del mal decidieron utilizar apodos similares para todos aquellos personajes que aún están vivos.
Cuando le preguntan por el programa, Velásquez dice que la serie le gustó, pero marca distancia sobre la imagen que la televisión construyó sobre Escobar: "Él era un asesino completo, un hombre, un guerrero como ninguno", argumenta.
Hoy, ante la entrevista se define como un exbandido, aunque reconozca que no sabe hacer otra cosa.
Pasó la mitad de su vida tras las rejas, como un reo común, sin privilegios. Pero fue, sobre todo, mano derecha y lugarteniente de Pablo Emilio Escobar Gaviria, el capo narco más sangriento de Colombia durante los años 80 y 90.
"Yo admiraba a Pablo Escobar; lo amaba. Y lo sigo respetando, sigo obnubilado con su figura. Me siento muy orgulloso de haber trabajado para él. De lo que no me siento orgulloso es de los crímenes para la época", repite sin resquemor Velásquez, quien empezó su carrera como asesino a los 17 años.
Esas muertes que le encargaba Escobar a él y a su equipo de sicarios le permitían tener una vida casi de lujo. Es que el Patrón les abonaba entre US$ 200 mil y US$ 500 mil cada vez que asesinaban a un enemigo del Cártel de Medellín.
Popeye estuvo 22 años preso por sus asesinatos. En agosto de 2014 fue liberado. Hoy, a los 53 años, trabaja en la historia de su vida, que pretende llevar a la pantalla grande para reivindicar la figura de Pablo Escobar. Sus libros hoy son muy difíciles de conseguir en las librerías de la Argentina y solo se puede acceder a ellos en forma online.
Velásquez Vásquez tenía 27 años cuando se entregó a la Justicia y cree que ya purgó sus pecados, pero es consciente de que "la sociedad nunca perdona". "Yo no me puedo quitar el rótulo de bandido nunca en la vida", manifestó este hombre que está por lanzar un libro en el cual cuenta su vida. "Soy la memoria histórica del Cártel de Medellín", se definió ante la periodista María Alejandra Cardona, de Caracol.
Epoca para arrepentirse
"En la vida siempre hay unas épocas. Hay una época para matar, una época para arrepentirse, una época para pagar la condena. Esta es la época de cambiar y resarcirme con la sociedad", señaló Popeye, quien en estos momentos colabora con la Justicia de Colombia, como admitió en la entrevista.
Siempre convivió con el peligro y la muerte, pero ahora vive en la clandestinidad. De esta forma intenta evitar que alguno quiera cobrarse alguna antigua deuda, especialmente de muchos de los familiares que todavía lloran la muerte de sus seres queridos.
"El gran asesino"
En una entrevista a Popeye, ante la pregunta si vio la serie "Pablo Escobar: El patrón del mal", hizo una reflexión.
"He notado -dijo- que fue basada en el libro que escribió Astrid Legarda, y sobre mi persona no toman en el libro 'La parábola de Pablo'. Es increíble cómo actúa el que hace de Pablo Escobar, es una cosa del otro mundo. La primera vez que lo vi me sorprendí, pensé que lo estaba doblando".
Popeye recordó además que "Escobar fue el asesino más grande del siglo 20, él tenía una sospecha y lo mataba a uno".
Jhon Jairo Velásquez Vásquez lleva más de un año en libertad y su figura, aunque puede pasar desapercibida, siempre se vincula con su antiguo patrón: Pablo Escobar Gaviria.
En un reciente reportaje realizado por Marco Diz, del sitio Infobae, el hombre que en su momento fue mano derecha del conocido narcotraficante Pablo Escobar, afirmó que "el narcotráfico en la Argentina está matando más gente que las FARC en Colombia", agregando que "la Argentina se está colombianizando", por la cantidad de muertes que provocó el narcotráfico en los últimos años. Hizo un paralelismo entre la Argentina y Venezuela y cree que para luchar verdaderamente contra los cárteles de la droga que operan en la región debe cambiar el gobierno.
Muchos años de su vida lo transcurrió en el anonimato, pero bastó que la serie El Patrón del mal, que cuenta por capítulos la vida de Pablo Escobar Gaviria se empezara a conocer en la Argentina para que su figura, por su crueldad y cinismo cobrara notoriedad.
A Jhon Jairo Velásquez se lo conoce en la serie como "El Marino", aunque su apodo en la vida real era Popeye. Así le decía su jefe, Pablo Escobar Gaviria, uno de los mayores narcotraficantes de la historia mundial.
Él mismo se define como un asesino. No es para menos: se atribuye 250 muertes por encargo, entre ellas la del amor de su vida, Wendy Chavarriaga, una modelo colombiana que había sido amante del capo del cártel de Medellín.
En la historia, Escobar le ordenó que la matara, pero Popeye, seducido por esa joven de cuerpo voluminoso y sugerente sonrisa, cayó a sus pies. La tenía escondida en un departamento y allí pasaba sus mejores momentos, lejos del mundo del crimen.
Pero las buenas historias se terminan y un día le contaron a Pablo Escobar que la joven seguía viva. Allí no deja alternativas a Popeye y este la cita en una plaza, donde la ejecuta.
Los creadores del programa El patrón del mal decidieron utilizar apodos similares para todos aquellos personajes que aún están vivos.
Cuando le preguntan por el programa, Velásquez dice que la serie le gustó, pero marca distancia sobre la imagen que la televisión construyó sobre Escobar: "Él era un asesino completo, un hombre, un guerrero como ninguno", argumenta.
Hoy, ante la entrevista se define como un exbandido, aunque reconozca que no sabe hacer otra cosa.
Pasó la mitad de su vida tras las rejas, como un reo común, sin privilegios. Pero fue, sobre todo, mano derecha y lugarteniente de Pablo Emilio Escobar Gaviria, el capo narco más sangriento de Colombia durante los años 80 y 90.
"Yo admiraba a Pablo Escobar; lo amaba. Y lo sigo respetando, sigo obnubilado con su figura. Me siento muy orgulloso de haber trabajado para él. De lo que no me siento orgulloso es de los crímenes para la época", repite sin resquemor Velásquez, quien empezó su carrera como asesino a los 17 años.
Esas muertes que le encargaba Escobar a él y a su equipo de sicarios le permitían tener una vida casi de lujo. Es que el Patrón les abonaba entre US$ 200 mil y US$ 500 mil cada vez que asesinaban a un enemigo del Cártel de Medellín.
Popeye estuvo 22 años preso por sus asesinatos. En agosto de 2014 fue liberado. Hoy, a los 53 años, trabaja en la historia de su vida, que pretende llevar a la pantalla grande para reivindicar la figura de Pablo Escobar. Sus libros hoy son muy difíciles de conseguir en las librerías de la Argentina y solo se puede acceder a ellos en forma online.
Velásquez Vásquez tenía 27 años cuando se entregó a la Justicia y cree que ya purgó sus pecados, pero es consciente de que "la sociedad nunca perdona". "Yo no me puedo quitar el rótulo de bandido nunca en la vida", manifestó este hombre que está por lanzar un libro en el cual cuenta su vida. "Soy la memoria histórica del Cártel de Medellín", se definió ante la periodista María Alejandra Cardona, de Caracol.
Epoca para arrepentirse
"En la vida siempre hay unas épocas. Hay una época para matar, una época para arrepentirse, una época para pagar la condena. Esta es la época de cambiar y resarcirme con la sociedad", señaló Popeye, quien en estos momentos colabora con la Justicia de Colombia, como admitió en la entrevista.
Siempre convivió con el peligro y la muerte, pero ahora vive en la clandestinidad. De esta forma intenta evitar que alguno quiera cobrarse alguna antigua deuda, especialmente de muchos de los familiares que todavía lloran la muerte de sus seres queridos.
"El gran asesino"
En una entrevista a Popeye, ante la pregunta si vio la serie "Pablo Escobar: El patrón del mal", hizo una reflexión.
"He notado -dijo- que fue basada en el libro que escribió Astrid Legarda, y sobre mi persona no toman en el libro 'La parábola de Pablo'. Es increíble cómo actúa el que hace de Pablo Escobar, es una cosa del otro mundo. La primera vez que lo vi me sorprendí, pensé que lo estaba doblando".
Popeye recordó además que "Escobar fue el asesino más grande del siglo 20, él tenía una sospecha y lo mataba a uno".