A sus 54 años, Machaca Vilca Viral no sabe que en Perú fue declarado primera potencia mundial en producción de la cocaína pura, desplazando a Colombia del vergonzoso primer puesto. La hoja parece un estigma para el país, pero para Machaca Vilca es una fuente ancestral de sabiduría. A través de esta planta puede adivinar el pasado y predecir el futuro. Ellas sobreviven leyendo coca a eventuales clientes en Lima,
Según un interesante artículo del diario La República, de Perú, la costumbre sigue tan viva como hace siglos. Machaca aprendió la lectura de coca en Bolivia, de joven. Este oficio, dice, se hereda. Su suegra, una conocida curandera de La Paz, le enseñó todos los secretos de este arte.
Ahora se sienta en la vereda, dispuesta a resolver cualquier duda de sus clientes. Sostiene que no existe pregunta que no pueda responder. Basta el nombre de la persona que desean investigar y la fe con que van a consultar.
Esa mañana atendió a Gerardo Puma, que acudió para saber cuál era la enfermedad que tenía postrada en cama a su hija desde hace un año.
Machaca agarró un puñado de hojas y antes de "challar" miró al cielo rezando una plegaria para pedir permiso a la Pachamama e iniciar el ritual.
Luego colocó las hojas en una bolsa y tocó una campanilla a los cuatro puntos cardinales. Al lado había una imagen de la Virgen de la Candelaria.
Enseguida masculló unas oraciones en quechua. Luego abrió el manto, cogió algunas hojas y las lanzó sobre él . "Me dispuse a descifrar y encontré una hoja larga y delgada que representaba a la hija enferma, pero sobre ella, se encontraba otra doblada en dos, que significa la muerte", contó más tarde. Su hija no tenía curación.
Gerardo no aceptó la respuesta. Le rogó a la adivinadora entre lágrimas que vuelva a lanzar las hojas. Ella concedió su pedido y arrojó en dos oportunidades más. La respuesta fue la misma.
Las infidelidades, infortunios en el trabajo, traiciones, dinero, enfermedades y estudios, son las principales razones que provocan las consultas.
Las formas, tonalidades y dimensiones de las hojas de coca son parte de un misterio que solo algunos conocen. Ella prefiere guardar silencio, hasta que uno de sus hijos tenga la edad suficiente para transmitirle los secretos de familia.
A cinco metros está Cristina Berríos. Se encuentra ocupada con una joven. El poder de los celos hizo que María acuda para preguntarle por su novio, de quien sospecha una infidelidad. Cristina está dispuesta a desenmascararlo e inicia el ritual. En la primera lectura la suerte de la joven está echada. Efectivamente, hay un pétalo largo y angosto que representa a la desdichada joven, a su lado está otra que es larga y ancha que significa el novio, pero entre las dos se cruza una hoja larga y de un verde oscuro intenso, que es "la otra".