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La institución lleva tres años de profundas modificaciones y tecnologización, lo que ubica al sanatorio como uno de los más modernos de todo el norte.
La primera etapa comenzó en el año 2012, con la renovación total de la terapia intensiva, orientándose al concepto de calidad en relación con la privacidad del paciente. Hoy cuenta con 450 metros cuadrados y 16 camas. Esta primera etapa concluyó en 2013, con la puesta en funcionamiento del nuevo servicio de traumatología.
En la segunda etapa se renovaron los quirófanos. Hoy cuenta con 4 salas que están equipadas con tecnología de última generación. Para garantizar la mayor seguridad tiene energía de tres fuentes de alimentación, y lo más importante es que cuentan con flujo laminar para evitar las infecciones interhospitalarias.
Con la intención de mantener la asepsia más exhaustiva también se separó la unidad coronaria.
Además, se renovaron las habitaciones de internación común y se habilitaron habitaciones en suite, con dos dimensiones, donde también tienen comodidad y confort los que acompañan al paciente.
Las suites están diseñadas por la presidenta de la institución, doctora Silvia Ramos Figueroa, con un nuevo modo de pensamiento en la medicina. Hay controles integrados para todas las funciones; desde el aire acondicionado hasta la posición de la camilla.
"Integrar en medicina, el paisaje con la luz del día es favorecer la recuperación de nuestros pacientes", señaló Silvia Ramos Figueroa.
La tercera etapa de renovación está actualmente en curso. Busca desarrollar la tecnología del diagnóstico y, por eso, se adquirió un resonador magnético 1,5 testa, de General Motors.