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¿Por qué estas discrepancias? Habría varias razones. En primer lugar, la Economía trata con relaciones entre las personas, las que si bien muestran patrones regulares y universales estos patrones no guardan la exactitud que sigue el desempeño de la naturaleza.
Otra razón es que la Economía se ocupa de la producción y distribución de recursos escasos y esto parecería que introduce un elemento de disputa: ¿quién y por qué, de entre los beneficiarios de lo producido, tiene más derechos a apropiárselo?
Por fin, una tercera explicación, vinculada a esta última, tiene que ver con el comportamiento de la Academia, que en muchos casos no profundizó lo suficiente algunos programas de investigación, lo que abrió las puertas para que los "chiflados famosos" den su opinión sin complejos sobre cuestiones no resueltas en Economía. Por supuesto, la pregunta es por qué la Academia abandonó determinados programas de investigación, como el de la distribución del ingreso y la brecha de desigualdad, por ejemplo, aunque es obvio que no deben buscarse respuestas en conspiraciones, siendo en cambio la explicación más probable que la cuestión no despertó la curiosidad de los economistas.
Como quiera que sea, debería ser claro que, sin esconder las limitaciones que la Economía ofrece en algunos temas, como el señalado de la distribución del ingreso, no es menos cierto que esta ciencia, merced a sólida teoría y abrumadora evidencia empírica, ha avanzado en muchos otros y proporciona explicaciones muy contundentes sobre la gran mayoría de las cuestiones relevantes en las economías: inflación, desempleo, estancamiento económico, desequilibrios fiscales y externos, etc. Por lo tanto, explicaciones tales como que "hay que contextualizar la inflación", o "el país Fulano estará mejor que Mengano en sus indicadores económicos y sociales, pero hay que ver el contexto en el que se efectúan tales comparaciones" y otras por el estilo, son simplemente burradas, u "operías", para expresarlo en español-salteño: si baja el desempleo, baja el desempleo, y si aumenta, aumenta.
La Economía, como la Medicina, tiene todavía un largo camino por recorrer hasta transformarse en mera rutina , y probablemente la Medicina lo logrará antes, porque nuestro cuerpo presenta más regularidades que nuestra imaginación y la imaginación colectiva junto a las interrelaciones sociales que provoca. Los economistas, por lo tanto, como los médicos, no deben bajar los brazos y deben esforzarse por hallar explicaciones a los temas para los cuales las respuestas aún no son satisfactorias. Sin embargo, la charlatanería, en Medicina y en Economía, no son buenas consejeras, por lo que, si no nos satisfacen las respuestas que proporcionan los especialistas o consideramos que no las hay, la actitud debería ser dedicarnos a estudiar la ciencia de la que se tratare en profundidad, y buscar en ella las respuestas que deseamos.