Se trata de una pieza generalmente muy voluminosa -y no siempre económica-, por lo que es muy importante no comprarla "al tun tun", sino tener en cuenta las características del lugar donde se la va a colocar: medidas, altura, iluminación, color, estilo... Si conseguimos manos habilidosas que nos fabriquen una original, pensada a nuestro gusto y paladar, mucho mejor.
Cuando la pared destinada a la biblioteca es muy justa o tiene complicaciones como vigas, calefactores o formas irregulares, la mejor opción es encargarla a medida. Es una opción más cara, pero así vas a conseguir aprovechar el espacio de manera realmente sorprendente. También se pueden comprar piezas modulares con diferentes formatos que se adecuen a una estancia o rincón. Es una opción más económica y si la estudiás bien, el resultado también puede ser impecable.
Además, existe la posibilidad de comprarlas con o sin fondo. Las primeras suponen mayor seguridad en la estructura. Son más estables, pero también visualmente más voluminosas. Por el contrario, las que carecen de fondo resultan más ligeras, de modo que son la mejor opción para cuartos oscuros o justos de tamaño. De paso, pueden hacer las veces de elemento divisorio conformando una separación visual que a su vez introduce un punto decorativo.
Pero si va en una pared, resultará más ligera si es de tonos claros y las baldas son finas. Otro modo de que resulte más ligera y, de paso, vaya integrada en la decoración, es pintarla del mismo color que la pared. O, al contrario, pintar la pared del color que has escogido el mueble, siempre y cuando se trate de colores luminosos y claros.
Desde el punto de vista práctico, hay algunos datos que conviene apuntarte cuando salgas en busca de la biblioteca perfecta. Por ejemplo, que no debe superar los 2,50 metros de altura. De otro modo, resultará muy incómoda. Pero si tenés mucha necesidad de almacenaje de libros y contás con una buena pared que reciba suficiente iluminación, te lo podés permitir. Eso sí, no dudés en incluir una escalera.
En cuanto a los estantes, tené en cuenta dos cosas. Por un lado, no es aconsejable que sean muy largos: no más de un metro; de lo contrario, podrían llegar a partirse. El grosor de las baldas debe ser de entre 25 y 30 milímetros. Eso sí, cuanto más larga sea la balda, más necesario se hace que sea más gruesa y sólida. Por lo tanto, más voluminosa. La medida del fondo es otro punto importante. Para los libros necesitas al menos unos 25 cm. Pero para que no ocupe demasiado, no debe tener más de 35 cm de profundidad.
Siempre te resultará más práctica si incluís en la parte baja del mueble puertas corredizas o con bisagras.
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Se trata de una pieza generalmente muy voluminosa -y no siempre económica-, por lo que es muy importante no comprarla "al tun tun", sino tener en cuenta las características del lugar donde se la va a colocar: medidas, altura, iluminación, color, estilo... Si conseguimos manos habilidosas que nos fabriquen una original, pensada a nuestro gusto y paladar, mucho mejor.
Cuando la pared destinada a la biblioteca es muy justa o tiene complicaciones como vigas, calefactores o formas irregulares, la mejor opción es encargarla a medida. Es una opción más cara, pero así vas a conseguir aprovechar el espacio de manera realmente sorprendente. También se pueden comprar piezas modulares con diferentes formatos que se adecuen a una estancia o rincón. Es una opción más económica y si la estudiás bien, el resultado también puede ser impecable.
Además, existe la posibilidad de comprarlas con o sin fondo. Las primeras suponen mayor seguridad en la estructura. Son más estables, pero también visualmente más voluminosas. Por el contrario, las que carecen de fondo resultan más ligeras, de modo que son la mejor opción para cuartos oscuros o justos de tamaño. De paso, pueden hacer las veces de elemento divisorio conformando una separación visual que a su vez introduce un punto decorativo.
Pero si va en una pared, resultará más ligera si es de tonos claros y las baldas son finas. Otro modo de que resulte más ligera y, de paso, vaya integrada en la decoración, es pintarla del mismo color que la pared. O, al contrario, pintar la pared del color que has escogido el mueble, siempre y cuando se trate de colores luminosos y claros.
Desde el punto de vista práctico, hay algunos datos que conviene apuntarte cuando salgas en busca de la biblioteca perfecta. Por ejemplo, que no debe superar los 2,50 metros de altura. De otro modo, resultará muy incómoda. Pero si tenés mucha necesidad de almacenaje de libros y contás con una buena pared que reciba suficiente iluminación, te lo podés permitir. Eso sí, no dudés en incluir una escalera.
En cuanto a los estantes, tené en cuenta dos cosas. Por un lado, no es aconsejable que sean muy largos: no más de un metro; de lo contrario, podrían llegar a partirse. El grosor de las baldas debe ser de entre 25 y 30 milímetros. Eso sí, cuanto más larga sea la balda, más necesario se hace que sea más gruesa y sólida. Por lo tanto, más voluminosa. La medida del fondo es otro punto importante. Para los libros necesitas al menos unos 25 cm. Pero para que no ocupe demasiado, no debe tener más de 35 cm de profundidad.
Siempre te resultará más práctica si incluís en la parte baja del mueble puertas corredizas o con bisagras.