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Claves para acertar con la biblioteca perfecta

Domingo, 15 de marzo de 2015 00:30
La biblioteca o los estantes para libros son una pieza fundamental en la mayoría de las casas. Tienen una utilidad esencial en salas, livings o cuartos destinados al trabajo o al estudio. Muchas veces, cuando la casa es chica, las bibliotecas suelen colarse en las habitaciones comunes o en alguna galería o pasillo. En sus estantes se guardan y colocan los libros, pero también son el rincón ideal para los álbumes de fotos, accesorios decorativos como portarretratos, velas, cajas, candelabros, objetos, recuerdos de viaje... De modo que tienen sentido práctico al tiempo que decorativo.
Se trata de una pieza generalmente muy voluminosa -y no siempre económica-, por lo que es muy importante no comprarla "al tun tun", sino tener en cuenta las características del lugar donde se la va a colocar: medidas, altura, iluminación, color, estilo... Si conseguimos manos habilidosas que nos fabriquen una original, pensada a nuestro gusto y paladar, mucho mejor.
Cuando la pared destinada a la biblioteca es muy justa o tiene complicaciones como vigas, calefactores o formas irregulares, la mejor opción es encargarla a medida. Es una opción más cara, pero así vas a conseguir aprovechar el espacio de manera realmente sorprendente. También se pueden comprar piezas modulares con diferentes formatos que se adecuen a una estancia o rincón. Es una opción más económica y si la estudiás bien, el resultado también puede ser impecable.
Además, existe la posibilidad de comprarlas con o sin fondo. Las primeras suponen mayor seguridad en la estructura. Son más estables, pero también visualmente más voluminosas. Por el contrario, las que carecen de fondo resultan más ligeras, de modo que son la mejor opción para cuartos oscuros o justos de tamaño. De paso, pueden hacer las veces de elemento divisorio conformando una separación visual que a su vez introduce un punto decorativo.
Pero si va en una pared, resultará más ligera si es de tonos claros y las baldas son finas. Otro modo de que resulte más ligera y, de paso, vaya integrada en la decoración, es pintarla del mismo color que la pared. O, al contrario, pintar la pared del color que has escogido el mueble, siempre y cuando se trate de colores luminosos y claros.
Desde el punto de vista práctico, hay algunos datos que conviene apuntarte cuando salgas en busca de la biblioteca perfecta. Por ejemplo, que no debe superar los 2,50 metros de altura. De otro modo, resultará muy incómoda. Pero si tenés mucha necesidad de almacenaje de libros y contás con una buena pared que reciba suficiente iluminación, te lo podés permitir. Eso sí, no dudés en incluir una escalera.
En cuanto a los estantes, tené en cuenta dos cosas. Por un lado, no es aconsejable que sean muy largos: no más de un metro; de lo contrario, podrían llegar a partirse. El grosor de las baldas debe ser de entre 25 y 30 milímetros. Eso sí, cuanto más larga sea la balda, más necesario se hace que sea más gruesa y sólida. Por lo tanto, más voluminosa. La medida del fondo es otro punto importante. Para los libros necesitas al menos unos 25 cm. Pero para que no ocupe demasiado, no debe tener más de 35 cm de profundidad.
Siempre te resultará más práctica si incluís en la parte baja del mueble puertas corredizas o con bisagras.
Así podrás almacenar otros objetos ajenos a una biblioteca de manera discreta. Por ejemplo vajilla, manteles, útiles escolares, papeles varios, etc. Claro que siempre es posible optar por una biblioteca con puertas corredizas de arriba-abajo para dar mayor sensación de orden. Pero en este punto ya entra en juego el gusto, ya que para muchas personas, dejar los libros a la vista es aportarle una cuota de atractivo y personalidad a la casa. Por algo siempre se dice que los libros que hemos leído de alguna manera también hablan de nosotros.
Respecto a la iluminación, lo más adecuado es que sea lo más sencilla posible. Es decir, desde arriba y con apliques. Destiná al menos un aplique luminoso para cada cuerpo de la biblioteca.
Es indiscutible que la biblioteca viste cualquier ambiente de la casa. Hoy en día, las estructuras más modernas hasta permiten sostener un televisor o equipos de audio en el mueble en el que acomodamos los libros.
La madera sigue siendo el material más elegido, incluso está pasando por un resurgimiento. Hoy se ven muchas piezas hechas en maderas macizas en tonos medios como el nogal y se las combina con texturas, por ejemplo el pergamino o el cuero.
Un diseño que se ve con frecuencia hoy en día son las bibliotecas irregulares: son prácticas y van muy bien en lugares más informales, por ejemplo en el estar donde vemos la tele. Además, van adaptándose a las edades de los que viven en la casa.
La biblioteca sirve, incluso, para dar vida al largo de los pasillos que muchas veces están desaprovechados. Colocar allí una biblioteca no solo brinda un lugar de guardado, también hace al tránsito más agradable entre cuarto y cuarto. En definitiva, la biblioteca es mucho más que un mueble: habla de vos.

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La biblioteca o los estantes para libros son una pieza fundamental en la mayoría de las casas. Tienen una utilidad esencial en salas, livings o cuartos destinados al trabajo o al estudio. Muchas veces, cuando la casa es chica, las bibliotecas suelen colarse en las habitaciones comunes o en alguna galería o pasillo. En sus estantes se guardan y colocan los libros, pero también son el rincón ideal para los álbumes de fotos, accesorios decorativos como portarretratos, velas, cajas, candelabros, objetos, recuerdos de viaje... De modo que tienen sentido práctico al tiempo que decorativo.
Se trata de una pieza generalmente muy voluminosa -y no siempre económica-, por lo que es muy importante no comprarla "al tun tun", sino tener en cuenta las características del lugar donde se la va a colocar: medidas, altura, iluminación, color, estilo... Si conseguimos manos habilidosas que nos fabriquen una original, pensada a nuestro gusto y paladar, mucho mejor.
Cuando la pared destinada a la biblioteca es muy justa o tiene complicaciones como vigas, calefactores o formas irregulares, la mejor opción es encargarla a medida. Es una opción más cara, pero así vas a conseguir aprovechar el espacio de manera realmente sorprendente. También se pueden comprar piezas modulares con diferentes formatos que se adecuen a una estancia o rincón. Es una opción más económica y si la estudiás bien, el resultado también puede ser impecable.
Además, existe la posibilidad de comprarlas con o sin fondo. Las primeras suponen mayor seguridad en la estructura. Son más estables, pero también visualmente más voluminosas. Por el contrario, las que carecen de fondo resultan más ligeras, de modo que son la mejor opción para cuartos oscuros o justos de tamaño. De paso, pueden hacer las veces de elemento divisorio conformando una separación visual que a su vez introduce un punto decorativo.
Pero si va en una pared, resultará más ligera si es de tonos claros y las baldas son finas. Otro modo de que resulte más ligera y, de paso, vaya integrada en la decoración, es pintarla del mismo color que la pared. O, al contrario, pintar la pared del color que has escogido el mueble, siempre y cuando se trate de colores luminosos y claros.
Desde el punto de vista práctico, hay algunos datos que conviene apuntarte cuando salgas en busca de la biblioteca perfecta. Por ejemplo, que no debe superar los 2,50 metros de altura. De otro modo, resultará muy incómoda. Pero si tenés mucha necesidad de almacenaje de libros y contás con una buena pared que reciba suficiente iluminación, te lo podés permitir. Eso sí, no dudés en incluir una escalera.
En cuanto a los estantes, tené en cuenta dos cosas. Por un lado, no es aconsejable que sean muy largos: no más de un metro; de lo contrario, podrían llegar a partirse. El grosor de las baldas debe ser de entre 25 y 30 milímetros. Eso sí, cuanto más larga sea la balda, más necesario se hace que sea más gruesa y sólida. Por lo tanto, más voluminosa. La medida del fondo es otro punto importante. Para los libros necesitas al menos unos 25 cm. Pero para que no ocupe demasiado, no debe tener más de 35 cm de profundidad.
Siempre te resultará más práctica si incluís en la parte baja del mueble puertas corredizas o con bisagras.
Así podrás almacenar otros objetos ajenos a una biblioteca de manera discreta. Por ejemplo vajilla, manteles, útiles escolares, papeles varios, etc. Claro que siempre es posible optar por una biblioteca con puertas corredizas de arriba-abajo para dar mayor sensación de orden. Pero en este punto ya entra en juego el gusto, ya que para muchas personas, dejar los libros a la vista es aportarle una cuota de atractivo y personalidad a la casa. Por algo siempre se dice que los libros que hemos leído de alguna manera también hablan de nosotros.
Respecto a la iluminación, lo más adecuado es que sea lo más sencilla posible. Es decir, desde arriba y con apliques. Destiná al menos un aplique luminoso para cada cuerpo de la biblioteca.
Es indiscutible que la biblioteca viste cualquier ambiente de la casa. Hoy en día, las estructuras más modernas hasta permiten sostener un televisor o equipos de audio en el mueble en el que acomodamos los libros.
La madera sigue siendo el material más elegido, incluso está pasando por un resurgimiento. Hoy se ven muchas piezas hechas en maderas macizas en tonos medios como el nogal y se las combina con texturas, por ejemplo el pergamino o el cuero.
Un diseño que se ve con frecuencia hoy en día son las bibliotecas irregulares: son prácticas y van muy bien en lugares más informales, por ejemplo en el estar donde vemos la tele. Además, van adaptándose a las edades de los que viven en la casa.
La biblioteca sirve, incluso, para dar vida al largo de los pasillos que muchas veces están desaprovechados. Colocar allí una biblioteca no solo brinda un lugar de guardado, también hace al tránsito más agradable entre cuarto y cuarto. En definitiva, la biblioteca es mucho más que un mueble: habla de vos.

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