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A Guadalupe no la queríamos dar, la amamos desde que la vimos

Martes, 21 de abril de 2015 00:30
Amalia Manuele muestra el rincón en la vereda donde dejaron a la beba recién nacida envuelta en una manta. Silvia Granara
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- "Amalia, vení!", llamó Cecilia a su hermana, con un tono de alarma.
- Andá a ver qué quiere tu tía. Decile que pase nomás, le dijo Amalia a una de sus hijas. Estaba en la cocina preparando el almuerzo de domingo que reuniría a toda la familia, en el barrio Fraternidad. Eran más de las 15. Y era tarde.
- Nooo.. salí. Vení que hay algo que se mueve en la vereda, insistió la hermana ya a los gritos.
Amalia salió corriendo. Pensó que había una persona tirada o que alguien quería entrar a su casa por la parte de atrás, tal vez un ladrón.
Cruzó el jardín en dos trancos y saltó el alambrado. Hizo dos pasos más y llegó a un pequeño rincón, donde siempre se forma un hormiguero. Ahí había un bulto chiquito, una manta polar azul a cuadros rojos y amarillos. En la superficie se veían leves movimientos. Ella se agachó y abrió el paquetito. Sorpresa. Emoción. Preocupación. Qué hacer. Dolor de madre. Protección. Todo junto le pasó por la cabeza al descubrir que ahí, abandonada en la vereda de su casa, estaba una beba que apenas se movía.
La familia entró a la casa tan rápido como Amalia había salido a revisar qué había en la vereda.
"Mi hija Maira tiene una beba de 11 meses y como está dándole el pecho, enseguida le dije que amamante a la beba", contó ayer a El Tribuno, aún con el recuerdo vivo de Guadalupe, como los chicos le pusieron a la recién nacida a los minutos de haber entrado a la casa.
Según la mujer, la pequeña parecía tener síntomas de hipotermia. "Estaba solo con una batita mangas cortas y envuelta en la manta. Apenas se movía cuando la levantamos. Después de que le dio el pecho yo la tuve contra mi cuerpo, bien arropadita, para darle calor; pasó un rato hasta que empezó a tener reflejos y a moverse".
Su esposo Julio César Ibarra salió en moto a buscar a la policía. Justo un patrullero estaba realizando notificaciones en el barrio, entonces les avisó del hallazgo de la recién nacida.
Guadalupe -los chicos sacaron el nombre de un programa de la televisión mexicana en el que aparece la Virgen de esa advocación- empezaba a desandar el camino del abandono.
"Una no sabe por qué la mamá o quién sea, la abandonó así. Es la primera vez que me sucede esto; sé que no es habitual y que no debería ser lo normal. A pesar de que la tuvimos poquito tiempo, a Guadalupe no la queríamos devolver, la amamos desde que la vimos. Yo no quería que pase a mano judicial y que termine en la Casa Cuna", dijo la mujer con los ojos húmedos y el rostro enrojecido.
Lo que siguió fue el trámite policial y judicial previsto para estos casos.
La recuperación
La pequeña fue trasladada al destacamento del barrio San Ignacio. Y tanto Amalia como Julio fueron a relatar todo lo sucedido en un domingo más que atípico para la familia del barrio Fraternidad.
Se estima que desde que la dejaron en la vereda hasta que fue hallada habrían pasado unas dos horas. "Salimos poco después de las 13 a hacer compras con mi hija y no vimos nada en la vereda; y mi hermana llegó cerca de las 15, así que calculamos que estuvo unas dos horas", contó Amalia.
La beba fue encontrada aún con la pulsera que le colocan a los recién nacidos en el Hospital Materno Infantil. Allí recurrieron por los datos que permitieron saber que nació el viernes 17 de abril, a las 22.47, de parto natural. Y con el número del brazalete se facilitó la ubicación de la mamá biológica, una joven que vive en un barrio de Cerrillos, pero cuyos datos quedaron en reserva para preservar la identidad de Guadalupe.
La mamá ya fue contactada por la Policía y por profesionales del Ministerio Público -a través de la Asesoría de Menores N§2- y de la Justicia. Asistentes sociales y psicólogos trabajan para explicar lo sucedido y evaluar la posibilidad de reconstruir el vínculo de la madre con su pequeña beba. El trabajo también incluye estudiar el entorno familiar de la joven. En paralelo, existe una denuncia por abandono.
El jefe de la Unidad de Neonatología del Materno Infantil, Mario del Barco, explicó que la pequeña permanece internada y que se encuentra en buen estado de salud. Hasta que la Justicia tome otra decisión, la pequeña Guadalupe seguirá internada en el hospital público.
La beba pesa casi 3 kilos y está bien
A pesar de que pasó casi dos horas abandonada en una vereda del barrio Fraternidad, Guadalupe -como la familia que la encontró le puso a la recién nacida- está bien de salud. El jefe de Neonatología del Hospital Materno Infantil, Mario del Barco, dijo que la beba pesa 2,810 kilos "y está bien, la familia que la encontró la alimentó y no debe haber transcurrido mucho tiempo desde que la dejaron hasta que la encontraron". No obstante, la niña está bajo observación "para saber si no existe un efecto físico adverso por el abandono", señaló.


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