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Mientras hacía un viaje a Tartagal, en el puesto de control de Gendarmería de Aguaray, un uniformado lo despojó de $3.800 que llevaba para hacer compras.
Pasado tanto tiempo y a pesar de que el sentido común indica que identificar a un uniformado que se encuentra en un control no debería llevar más de 48 horas, ni la Justicia Penal ordinaria ni la Federal pudieron hasta el momento identificar al gendarme que, según denunció el chico wichi, le quitó su dinero en el control fijo que la Gendarmería Nacional tiene en Aguaray y que pertenece al Escuadrón 54.
El pasado 17 de marzo, Lisandro Sánchez, un joven wichi que reside en una alejada comunidad perteneciente al municipio de Santa Victoria Este, viajaba en una unidad de la empresa Río Pilcomayo que realiza el trayecto entre el Chaco salteño y Tartagal.
Control de "rutina"
Según denunció Lisandro al día siguiente en sede policial, cuando el ómnibus llegó al control que el Escuadrón 54 Aguaray de la Gendarmería Nacional posee sobre la ruta nacional 34, los pasajeros descendieron de la unidad. También lo hizo Lisandro, quien además de sus documentos personales, en uno de sus bolsillos traía la suma de $3.800 que había cobrado por un trabajo de albañilería que había realizado en Santa Victoria Este recientemente.
Cuando el gendarme le pidió sus documentos personales Lisandro se los entregó; el uniformado le ordenó que le entregara también todo lo que tenía en los bolsillos a lo que el humilde wichi le dio los $3.800 que traía consigo.
Según denunció al día siguiente, el gendarme se retiró y le dijo que iría "a hacer revisar todo esto".
Como el uniformado no le devolvía ni su documento ni su dinero y Lisandro permanecía esperando, el chofer del ómnibus Río Pilcomayo pidió autorización para continuar viaje por lo que los gendarmes obligaron al chico wichi a que permanezca en el control mientras el ómnibus continuaba viaje hacia Tartagal.
Emilio Torres TÍO DE LA VÍCTIMA "No se puede creer que la misma Gendarmería nos haga esto solo porque somos aborígenes y pobres".
Según recordó Emilio Torres, el tío de Lisandro, ambos fueron hasta el Escuadrón 54 de Aguaray pero el jefe de la unidad, el comandante Ricardo Castillo, les respondió que nada podía hacer.
"Si hicieron la denuncia hay que esperar lo que diga la Justicia", refirió Emilio que le respondió Castillo.