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El viernes último, las madres de los dos chicos, Claudia Díaz (mamá de Rodrigo, de 16 años) y Adelina Ortega (mamá de Héctor, de 17) y el tío de ellos, Marcelo Frías (30 años) hicieron una denuncia en la comisaría 40 de Salvador Mazza.
Ante la policía relataron que el jueves a las 23, los tres caminaban hacia el paraje Madrejones (donde viven los chicos y hacia donde el tío los acompañaba), después del frustrado partido de fútbol entre Boca y River. Habían estado viendo televisión en la casa de Frías, quien vive cerca del dique Itiyuro, a unos 500 metros de la casa de los chicos.
Mientras iban por el camino vecinal, una patrulla de Gendarmería los interceptó y los obligaron a tirarse al piso para requisarlos. A los gritos le exigían que confesaran un supuesto tráfico de droga. A trompadas y a patadas, siete gendarmes los llevaron a la playa del río Caraparí, donde los sometieron a largos minutos de tortura: primero les metían la cabeza en la arena durante diez segundos y luego los sacaban para que hablaran, y luego repitieron lo mismo pero en aguas del río. Como ninguno "confesaba", simularon su fusilamiento. Y al continuar el silencio de los tres agredidos, les ordenaron que se fueran sin mirar atrás, mientras los uniformados hacían disparos al aire.
Trámites previos
Los dos adolescentes y su tío declararán hoy, a media mañana, ante el fiscal Cazón, en la ciudad de Tartagal.
Tras interiorizarse de la denuncia, el fiscal solicitó el viernes al jefe del Escuadrón 61 Salvador Mazza que le informara la nómina de los efectivos de esa dependencia que realizaron patrullajes en la jurisdicción, entre el jueves a la noche y el viernes a la mañana. A la vez pidió que le remitan el informe del médico que certificó los golpes y heridas que tenían los jóvenes y su tío tras ser detenidos por los gendarmes.
"Intervine en la causa y no pasé las actuaciones a la Justicia Federal para ordenar estas medidas que son de carácter urgente y además porque a pesar de que la denuncia de los tres damnificados coinciden prácticamente en todo, uno de ellos manifestó que le pareció ver que algunos de los hombres estaban de civil", señaló Cazón.
Con la información solicitada al Escuadrón 61, el fiscal informó que pretende "determinar si eran todos gendarmes o habían algunos civiles entre los 7 acusados, a pesar que los tres coinciden en que se trataba de miembros de la Gendarmería Nacional, a quienes los identifican con solo verlos, ya que residen a menos de 500 metros del control sobre la ruta 34 por el que pasan prácticamente todos los días".