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¿Qué aborda el coaching ontológico?
Combina elementos de filosofía, física, lingística y biología y promueve una toma de conciencia que hace posible la elección de nuevas opciones. Propugna un novedoso entrenamiento y es un nuevo aprendizaje en vistas al logro de la visión personal de cada uno y al compromiso responsable en la acción que decidamos. Básicamente, es la competencia que tendríamos que tener para enfrentar este mundo volátil.
No es nada sencillo...
Desde la globalización hasta aquí se produjo un tembladeral en todo el mundo, hay demasiadas cuestiones novedosas que enfrentar con más creatividad que antes. La ontología estudia al ser humano en cuanto a cómo se manifiesta. Hay tres formas de lenguaje: corporal, emocional y gestual o verbal. Todas estas cuestiones que suceden en todas las áreas hace que el ser se exprese de mil maneras: con optimismo, positivismo, depresión, con alegría, con entusiasmo. Esto no lo pueden ocultar porque se les lee en la expresión del lenguaje. Y si tenemos ciertas herramientas, podremos hacerlo más rápido.
¿Cómo se emplean en una mediación?
En el caso de los mediadores es muy útil conocer a ambas partes cuando expresan su posición ante un conflicto. Detectamos con más facilidad quién es cada uno y la afectación emocional que pueda tener. Entonces podemos ayudarlos a que entren, primero, en confianza y, segundo, en empatía. Así, ayudarlos a hablarse cara a cara, estén enojados o no.
¿Y qué aplicación tienen en conflictos empresariales?
Los empresarios viven en un caos permanente. Tienen que tomar decisiones en este contexto. Por otra parte, la empresa vertical desapareció. Era aquella que conocíamos que, incluso en su estructura física, se condecía con un edificio. Estaba el presidente en el piso más alto y los obreros, en el más bajo. Hoy la empresa se horizontalizó. Los gerentes generales tienen sus oficinas en la planta baja en contacto con todos los jefes y aún con los empleados. Además, un gerente general tiene que delegar funciones en otros gerentes y estos tienen que tomar decisiones en medio del caos. Estas personas, por supuesto, viven en un estado de estrés e incluso con problemas familiares. Las tareas en el trabajo son más absorbentes que antes. Eso implica que se comprometan más con la empresa de lo que pensaron nunca. Las empresas deben entender las situaciones de estrés y deben prestar atención a la parte emocional o la sensibilidad de sus ejecutivos. Hay que hacer una escucha muy fina de lo que está ocurriendo en una empresa, que no es ni más ni menos que una red de conversaciones. Es un conjunto de personas que se comunican.